La Semana Santa de València es marinera. Esta Fiesta de Interés Turístico Nacional convierte a los barrios marítimos en el centro de atención de las celebraciones gracias a una programación que aúna actos religiosos, gastronomía y tradición.
Valencianos y turistas llenarán estos días las calles del Grau, el Cabanyal y el Canyamelar para participar en la segunda fiesta más importante de la ciudad.
La Retreta anunció el sábado la llegada de la Semana Santa a los vecinos del barrio del Canyamelar y de los Poblados Marítimos. Un acto que data del año 1928 y que nació de un toque militar.
Las nueve hermandades adscritas a la iglesia de Nuestra Señora del Rosario desfilaron con el único acompañamiento de los tambores.
Las casas particulares y los locales sociales ya están preparados para acoger las imágenes y abrir las puertas para su visita.
Unas celebraciones que se retomarán el Viernes de Dolor con la salida de las dolorosas de las tres parroquias con los ganaderos, figuras que representan a antiguos soldados del ejército español.
Emocionante es el encuentro de los Cristos en el mar y la procesión del Santo Entierro que se celebra el Viernes Santo.
La madrugada del Domingo de Resurrección la alegría se muestra con agua el lanzamiento de agua desde los balcones, la rotura de vajillas y las tracas. Una tradición que da paso al desfile de resurrección en el que toman parte las 31 hermandades existentes. La música solemne cambia a toques de fiesta, los personajes bíblicos tiran flores y las imágenes permanecen guardadas.
Una oportunidad para conocer y degustar la gastronomía de la zona. Y es que en las mesas no faltan platos típicos como el potaje, el bacalao y las patatas, las albóndigas de bacalao o las sardinas.