Mientras Valencia dormía bajo la imposición del nuevo toque de queda, algunas de las localidades libres de la restricción vivían una noche de fiesta, alcohol y desenfreno. Esto es lo que ha sucedido esta madrugada en la ciudad de Alicante donde se ha desmantelado un botellón.
La Policía Nacional ha disuelto una fiesta ilegal en la que participaban más de un centenar de jóvenes. Varias patrullas policiales tuvieron que intervenir en la céntrica playa del Postiguet tras conocerse la existencia de una aglomeración de entre 100 y 140 jóvenes.
Los agentes comprobaron de primera mano que el macrogrupo se encontraba realizando botellón a pesar de su prohibición. Además de consumir bebidas alcohólicas, los jóvenes no estaban respetando las medidas sanitarias. Estos no llevaban las mascarillas ni guardaban las distancias de seguridad. Además, se incumplía la nueva restricción de reuniones limitadas a 10 personas.
Al llegar la Policía, muchos de los fiesteros trataron de huir corriendo por la playa. Sin embargo, los agentes interceptaron a algunos de los jóvenes. Según ha recogido Europa Press, la Policía Nacional interpuso más de una veintena de actas de sanción. La mayoría fueron por desobediencia leve y consumo de alcohol en la vía pública.
Respecto a las cantidades que deberán abonar estos jóvenes o, en su defecto, los progenitores de estos, se desconocen. No obstante, a día de hoy el realizar un botellón está considerado como «falta grave». La modificación del Decreto-Ley del Régimen Sancionador ha supuesto triplicar las multas y encarecer así su cuantía.
Con este cambio, los infractores que beban en la calle deberán hacer frente a unas multas de 600 a los 30.000 euros. El objetivo es disuadir a los más jóvenes de esta práctica que ha tomado auge disparando los contagios y agravando la quinta ola.