La investigación de la Policía por el crimen del sacerdote se centra en las últimas horas en los mensajes enviados desde el móvil del fallecido y no se descarta ninguna hipótesis. Así, el portero del edificio informó a la Policía que tras haber encontrado el cadáver del fallecido recibió un mensaje desde el teléfono del mismo en el que excusaba su ausencia. Este era el segundo mensaje que recibía el portero. El primero, días antes, también explicaba que estaría unos días fuera.
Así, tal y como informa Las Provincias, los investigadores sospechan que el autor empleó estos mensajes con el objetivo de hacer creer que todavía estaba vivo. Una realidad que en la primera ocasión pudo ser verosímil, pero que, en la segunda y tras haber encontrado el cadáver previamente, ya era totalmente imposible.
Vecinos y conocidos del sacerdote confirman que durante los últimos años ha estado ayudando a jóvenes a reconducir su vida. Algunos de ellos conocían su vivienda y no se descarta que pueda haber relación.
UN CRIMEN QUE HA CONMOCIONADO A LA COMUNIDAD
Ayer el sacerdote fallecido fue hallado en su vivienda ubicada en la calle Avellanas 22 en un edificio muy próximo al Arzobispado de Valencia.
Tal y como se ha confirmado, el portero y un conocido del sacerdote son quienes encontraron el cadáver que estaba vestido y tendido sobre la cama. En la vivienda comprobaron que la calefacción estaba encendida, el piso no estaba revuelto y por el estado del cuerpo, el sacerdote habría fallecido hace varios días. Se sospecha que el hombre podría haber muerto por asfixia ya que presenta signos de violencia aunque sin heridas de armas.
Los agentes también comprobaron que la puerta de la casa no estaba forzada. Por ello, se cree que el culpable del fallecimiento podría ser un conocido de la víctima.
