Mazón tacha la amnistía de un
Carlos Mazón en su intervención en la Comisión General de las Comunidades Autónomas.

El president de la Generalitat, Carlos Mazón, ha defendido hoy en el Senado la unidad, el respeto a la ley y a las instituciones frente a la situación que vive el Estado de las Autonomías debido a la posible amnistía de Cataluña.

La intervención de Mazón en la Comisión General de las Comunidades Autónomas ha coincidido con las palabras del president de la Generalitat Cataluña, Pere Aragonés, quien ha defendido la amnistía y ha asegurado que habrá un referéndum. «Cataluña votará en un referéndum, estoy convencido de ello», ha sentenciado.

Mazón, por su parte, ha trasladado a los «defensores del separatismo» que en democracia «todos valemos lo mismo». Además, ha recordado a Pedro Sánchez su negociación a «espaldas de los españoles» y que «los chantajes no terminan nunca si el chantajeado no se planta».

El jefe del Consell considera la amnistía un «ataque inaudito» al Estado de las Autonomías y a la pluralidad territorial. Asimismo, ha reafirmado que la Comunitat, desde su diversidad ofrecida al proyecto común, estará siempre del lado del consenso y será una barrera contra la desigualdad.

El debate del Senado se ha trasladado a la mesa de ‘Ágora’. Esta noche la diputada autonómica del PSPV-PSOE, Rosa Peris; el exdiputado autonómico de Ciudadanos, Toni Subiela; el delegado de ESdiario CV, Álvaro Errazu; y el periodista Javier Matoses, han mostrado sus opiniones sobre el rumbo que tomará la política española en los próximos meses.

Defensa de la Constitución e igualdad frente a la amnistía

Mazón ha recordado que el posible acuerdo de Pedro Sánchez con el independentismo catalán se produce «en un entorno internacional más incierto que nunca«. Señala que el «aspirante a presidir este país» ha elegido «más incertidumbre» y la «negación del diálogo» para ofrecerlo a quien «impone su diagnóstico, sus criterios y sus soluciones».

En palabras del president, la posible investidura del candidato deja claro «quién va a pagar la factura y quién se la cobra, pero no lo que nos va a costar el pago». Según ha añadido se trata de unas negociaciones en las que «se castiga la generosidad y se premia el egoísmo». Por tanto, «se amnistía la deslealtad» por lo que «quien se sitúa en el equilibrio y en la sensatez no tiene capacidad para influir en las decisiones».