Esta semana finalizan las obras del nuevo carril ciclista en el paseo de la Ciudadela, junto al cauce del río de Valencia. Antes de su inauguración, este intento de mejorar la movilidad sostenible ya ha recibido muchas críticas.

El objetivo del nuevo carril bici es cerrar el vacío de 650 metros existente en el itinerario ciclista entre los puentes de las Artes y de Aragón y evitar que los ciclistas tengan que interrumpir su recorrido. «Acabar con esta anomalía era algo que caía por su propio peso», explica el concejal de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi. Además, el concejal defiende que es una mejora para el paisaje urbanístico. Pasear «por la acera anexa al río será ahora más agradable», añade Grezzi.

La infraestructura ciclista se ha construido al lado del que ya había en el cauce. Además, se ha eliminado un carril de tráfico en una de las arterias más transitadas de la ciudad. Se calcula que por aquí circulan cerca de 30.000 vehículos diarios. Por ello, la desaparición de un carril ya está generando más atascaos.

Descontento por parte de los valencianos

«Lo que no pueden es dejar a Valencia inutilizada porque con un carril solo no se puede ir a ningún sitio», rechaza un vecino. En la misma línea, otro de los residentes reclama  que «los de las bicicleta tienen derechos, peor los demás también». «Han dejado solo un único carril de coche y además hay línea de autobús por esa calle», lamenta uno de los entrevistados.

Todo ello ha llevado a la Asociación de Vecinos del barrio a solicitar una reunión con la concejalía de Movilidad. Asimismo, la oposición también ha rechazado este proyecto.

El carril es «muy conflictivo», reprueba Fernando Giner, portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento. «Es un tramo conflictivo y apenas aporta valor», continúa Giner. Tal y como defiende el portavoz de la formación naranja, el ciclista puede llegar a la Alameda por otro camino. «Es un tramo de conflictividad, donde ya hay bastantes atascos», concluye.