En una playa protegida del parque natural de l’Albufera de Valencia han encontrado un nido enterrado en la arena que contiene alrededor de un centenar de huevos de tortuga ‘caretta caretta’. Mientras tanto, en un laboratorio del Oceanogràfic de València, una incubadora mantiene a unos 30 grados de temperatura algunos de los huevos recogidos en el lugar para garantizar su desarrollo.
Las tortugas viven en el Mediterráneo y es raro que las veamos cerca de la costa, pero si las vemos en la playa, no se alejan y dejan que nos acerquemos a ellas, es posible que les pase algo, advierte la responsable de Comunicación del Oceanogràfic, que explica que se debe llamar al 112 de inmediato para activar la Red de Varamientos. Por ello, surge la campaña ‘Esta tortuga vive en el Mediterráneo’, en la que participan la Generalitat Valenciana y la Fundación Oceanogràfic, entre otras entidades, y que pretende que se conozcan los pasos a seguir en esta «alerta tortuga».
Las acciones que se llevan a cabo tras el aviso dependen de una serie de circunstancias. Según el experto Juan Jiménez, puede tratarse, por ejemplo, de una captura accidental o del hallazgo de una hembra de tortuga que va a poner un nido, con lo que para cada caso existe un protocolo concreto.
En general, la llamada a Emergencias genera un aviso de la Sala del 112 a la Universitat de València, que es la encargada de comunicar al Oceanogràfic el paradero de la tortuga, siempre que el animal esté vivo. Tras esa llamada, personal técnico de la Fundación Oceanogràfic se desplaza hasta el lugar y traslada al animal al Área de Recuperación y Conservación de Animales del Mar, la llamada Arca del Mar del centro valenciano.
Pero no solo la pesca accidental se cuenta entre las amenazas para la salud de estos reptiles. Desde el centro marino alertan de las consecuencias sobre la fauna de la contaminación de los océanos. «Todas las tortugas que entran en el área de recuperación y conservación del Oceanogràfic tienen microplásticos en las heces«, destaca la responsable de Comunicación, que considera «alarmantes» los efectos que ello puede tener también sobre las personas, que, recuerda, «forman parte de la red trófica».
Los efectos de los residuos plásticos se combinan con otras lesiones y patologías. «Este invierno tuvimos a una tortuga que entró por captura accidental, pero en los análisis vimos que también se había tragado un mechero», afirma.