El maestro pastelero Pepe Cotaina ha creado una coda de «El Camino del Santo Grial». Una delicia artesanal de un referente indiscutible de la repostería tradicional valenciana. Desde su obrador en Gandía, ha elevado este producto humilde a categoría gourmet. Combina técnicas ancestrales con una cuidada selección de ingredientes locales.
La Coca de El Camino del Santo Grial es una receta que une lo terrenal con lo espiritual, lo cotidiano con lo sagrado. Según Cotaina, «esta coca representa un viaje, un encuentro de culturas, como lo es el propio Camino del Santo Grial».
Una gastronomía creada especialmente para el tramo sur del trazado, que une Valencia con Alicante. Un itinerario seguido por el sacerdote y canónigo Alcedo, custodio del Santo Cáliz durante la invasión napoleónica. Este itinerario, aún poco conocido, representa un testimonio de valentía y esperanza. Durante los años más oscuros del conflicto, el canónigo Alcedo arriesgó su vida para preservar la reliquia, conduciéndola desde el Capítulo de la Catedral de Valencia hasta zonas seguras del sur valenciano y alicantino, siguiendo rutas de la época, mientras por mar iba el resto del tesoro de la Catedral de Valencia junto al sacerdote Pedro Vicente Calbo. A través de esta gesta, El Camino del Santo Grial adquiere una nueva dimensión: la de camino de exilio y salvaguarda.
En 1809, el Cáliz fue evacuado por mar desde Valencia a Alicante, donde permaneció durante diez meses. Posteriormente, en 1810, fue trasladado a Ibiza, permaneciendo allí un año y medio, y finalmente a Mallorca, donde estuvo hasta 1813, coincidiendo con el final de la ocupación francesa en Valencia.