
Agentes de la Policía Nacional, en una operación conjunta con Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, han desmantelado en Valencia un grupo criminal dedicado al tráfico de cocaína que contaba con un laboratorio con capacidad para ‘cocinar’ hasta 30 kilos al día de esta droga. Durante la operación se ha detenido a 25 personas, incluyendo a responsables de la red criminal.
La investigación se inició en julio de 2024 cuando detectaron a una empresa española como sospechosa de introducir sustancias estupefacientes por el puerto de Valencia. Esta sociedad mantenía relaciones comerciales con una exportadora con una larga lista de antecedentes por tráfico de drogas.
La sociedad investigada realizó una primera importación de pulpa de fruta congelada en agosto. A partir de ese momento, los investigadores realizaron el seguimiento y control de sus operaciones. En diciembre, la empresa realizó una segunda importación de pulpa congelada, que depositó en un almacén de frío en una localidad cercana a Valencia.
A principios de febrero, la administradora de la empresa gestionó la retirada de la mercancía de este depósito. La gran mayoría de la pulpa fue enviada a un distribuidor legal. Sin embargo, los bidones que contenían pulpa de guayaba quedaron en el almacén de frío.
La investigación lleva al núcleo de la red
Una vez que se estableció el servicio de vigilancia, se detectó la llegada de la administradora y de un varón, que cargó parte de la pulpa de guayaba en una furgoneta refrigerada y la transportó a un chalet de Oliva, alejado de zonas habitadas. La mercancía fue descargada en su interior y dejada a la intemperie, sin interés por respetar la cadena de frío.
Para las labores de descarga, esta persona fue ayudada por otros dos ciudadanos albaneses. En este contexto se llega a la detección de un cuarto individuo, también albanés que, aparentemente, era el supervisor de la rama albanesa de la organización. Esta persona mantenía reuniones con dos hermanos colombianos que habían llegado recientemente a España y se alojaban en Valencia y Alboraya, en inmuebles gestionados por los albaneses.
Además, se detectaron reuniones con un varón español, vecino de Catarroja que, a su vez, parecía tener bajo su control a un grupo de individuos residentes en un inmueble de su propiedad y que eran trasladados a un chalet situado en el término municipal de Torrent.
Durante las vigilancias, los funcionarios detectaron que los residentes en Catarroja eran trasladados a otro chalet en Alberic, donde pasaban gran parte del día. Paralelamente, el ciudadano español del que dependían comenzó a adquirir grandes cantidades de productos químicos de forma gradual, que almacenaba en un bajo de Catarroja, desde donde eran distribuidos a los chalets.
Entradas y registros en ocho localidades de Valencia
La actuación se precipitó cuando los investigadores observaron movimientos que llevaron a pensar que la organización ya había obtenido la sustancia estupefaciente. Fue entonces cuando se solicitaron las entradas y registros pertinentes.
Los diez registros se llevaron a cabo a lo largo de dos fases en ocho localidades de la provincia de Valencia. La primera tuvo lugar el viernes 25 de abril y se centró tanto en las ubicaciones críticas para la organización, como en la captura de los líderes de la red, realizando registros Alberic, Catarroja, Pobla Llarga, Alboraya, Oliva, Torrent, Turis y Valencia.
El registro en Alberic llevó a la detención de siete personas. Estos trabajaban en un sótano, en malas condiciones de habitabilidad y ventilación, donde estaban manipulando la pulpa de guayaba para separar de este producto la pasta base de cocaína. Además, se realizó un registro en un domicilio de Pobla Llarga, donde se intervinieron casi 40 kilos de pasta base de cocaína, junto con un ladrillo de cocaína. En el resto de registros practicados se intervino dinero, pequeñas cantidades de droga y abundante material químico.
Al día siguiente de desarrolló la segunda fase, con la localización de un segundo laboratorio en Torrent. Allí, la organización llevaba a cabo el proceso de clorhidratación de la pasta base de la cocaína, donde obtiene su característico aspecto blanco. Igualmente, se registró un chalet en Oliva, donde, además de la pulpa, se intervinieron armas de fuego y abundante munición, así como billetes de euro falsificados.
Capacidad para producir hasta 30 kilos de cocaína al día
Por las características y medios que presentaba el ‘macrolaboratorio’ dividido en dos ubicaciones, los investigadores estiman que, con un flujo continuo de trabajo, podría llegar a producir de 20 a 30 kilos de cocaína al día.
Como resultado de estas entradas y registros, se llevó a cabo la detención de 18 personas y la intervención de múltiples efectos. Entre ellos se incluyen 32.735 euros, 38.850 euros falsos, 38,2 kilos de pasta base de cocaína, 7,4 kilos de cocaína, 87 gramos de hachís y 94 gramos de marihuana.
La organización contaba además con armas y munición igualmente intervenidas. Entre ellos había dos machetes, cuatro pistolas, un revólver, una pistola de caza y entre 500 y 1.000 cartuchos de munición. También se han intervenido cinco coches de alta gama, chalecos de policía, una baliza de seguimiento y 28 móviles, entre otros.
Durante los días 21 y 22 de mayo, se llevó a cabo el arresto de otras siete personas más. Todas ellas aparecen vinculadas, directa o indirectamente, al funcionamiento y actividad de la organización.
La investigación ha permitido llegar a altos responsables de la organización, permitiendo así desarticular el completo funcionamiento de la red. Se ha solicitado la expedición de órdenes internacionales de detención para el resto de miembros de la organización. Las investigaciones continúan y no se descartan nuevas detenciones.












