El sumario judicial de la DANA, que investiga las trágicas inundaciones ocurridas el 29 de octubre de 2024 en Valencia, revela un panorama desolador: muchas de las muertes se produjeron antes de que se activara el sistema de alerta Es-Alert. Este sistema de emergencia, que debía advertir a la población del peligro inminente, no llegó a los dispositivos móviles hasta las 20:11 horas, cuando ya se habían registrado numerosas víctimas mortales.
El análisis del sumario, dirigido por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Catarroja, evidencia que el aviso de emergencia se emitió tarde. Los testimonios de familiares de las víctimas señalan que, en muchos casos, la situación crítica se desató entre las 19:00 y las 20:00 horas, antes de que el SMS de alerta llegara a los móviles de los valencianos.
La magistrada que lleva el caso, Nuria Ruiz, investiga si la actuación de Emergencias fue negligente y si una respuesta más rápida podría haber salvado vidas.
Muertes en los garajes: un patrón repetitivo
Entre los testimonios recopilados por la Guardia Civil y el juzgado de Instrucción número 3 de Catarroja, se destaca un patrón preocupante: muchas de las víctimas perecieron al descender a los garajes para intentar salvar sus vehículos. La fuerza de la corriente y la repentina inundación convirtieron estos espacios en trampas mortales.
Francisco, un vecino de Catarroja, bajó en pijama al garaje de su vivienda alrededor de las 19:00 horas para rescatar su Ford Kuga. La Unidad Militar de Emergencias (UME) no localizó su cuerpo hasta dos días después.
En Massanassa, Nicasio y su esposa bajaron al garaje a las 18:15 horas. Aunque lograron agarrarse a una barandilla, la fuerza del agua fue superior. Él se desvaneció y fue arrastrado, mientras que su esposa fue rescatada ocho horas después. Historias similares se repiten en Benetússer, Sedaví y otros municipios ribereños del barranco del Poyo.
Un caso emblemático es el de I. F. R., de 92 años, cuya cuidadora llamó a su hija a las 19:10 horas para advertirle de la inundación. Minutos después, la cuidadora gritaba desesperada que la mujer había fallecido y temía por su propia vida. Cuando la hija llegó a las 5 de la mañana del día siguiente, encontró el cuerpo sin vida de su madre. Por el contrario, la empleada logró salvarse y sobrevivir.
El drama humano detrás de las cifras de fallecidos por la DANA
Además de las pérdidas humanas, el sumario refleja el impacto psicológico en los familiares. «El episodio dantesco, un infierno real de destrucción, muerte y finalmente oscuridad, ha producido un importante daño psicológico», destaca la jueza en sus autos. Los relatos anónimos recogen cómo cónyuges, hijos y hermanos vieron desaparecer a sus seres queridos ante sus ojos, impotentes frente a la fuerza del agua.
La historia de H. S., una niña de 11 años arrastrada por la corriente en Benetússer, conmocionó a la comunidad. Su padre se lanzó al agua para intentar salvar a la pequeña cuando trataba de subir por una escalera, pero la fuerza de la riada lo impidió. El cuerpo de la menor fue hallado dos días después en un centro comercial de Massanassa.
Investigación judicial: ¿hubo negligencia en la gestión de la DANA?
El juzgado de Instrucción número 3 de Catarroja continúa recopilando testimonios y pruebas para determinar si existió una actuación negligente por parte de las autoridades. La investigación se centra en el retraso del mensaje de Es-Alert y en si se pudieron tomar medidas preventivas antes del colapso del barranco del Poyo.
Los supervivientes han relatado cómo «vieron desaparecer a sus allegados delante de sus ojos, arrastrados por un torrente de agua y barro». La jueza ha documentado estos testimonios con un enfoque respetuoso y anónimo, pero no ha dudado en señalar que, de haberse actuado con mayor celeridad, algunas vidas podrían haberse salvado.
A la espera de que concluya la investigación, las familias de las víctimas exigen justicia y cambios en los protocolos de emergencia. La DANA del 29 de octubre ha dejado no solo una huella de destrucción física, sino también un profundo dolor emocional en una comunidad que lucha por recuperarse. Las próximas semanas serán clave para conocer si se depuran responsabilidades y se adoptan medidas para evitar que una tragedia similar se repita en el futuro.