En España, aproximadamente el 25% de la población sufre algún tipo de alergia, según el último estudio de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). Aún más llamativo es la previsión de que para el año 2020 uno de cada dos europeos tendrá alergia.
La probabilidad de heredar una alergia es del 40% si uno de los padres es alérgico y del 70% si lo son los dos. Sin embargo, también hay muchos factores externos que pueden acelerar e incrementar la aparición de alergias, por lo que es conveniente tenerlo en cuenta, más que nunca en primavera. Cipreses, gramíneas -las más agresivas en España-, arizónicas, olivos… Pasear por espacios verdes como jardines, plazas o parques se convierte en todo un reto para los alérgicos debido al polen de estos árboles y plantas en estas fechas.
De hecho, el síntoma alérgico más común en España es la rinitis o rinoconjuntivitis, inflamación de la cavidad nasal o los ojos como consecuencia de la inhalación de agentes externos, que manifiestan un 60% de los alérgicos.
El cambio climático -con la contaminación atmosférica-, así como los hábitos alimenticios y de higiene, la humedad derivada del uso de aire acondicionado, la convivencia con mascotas y los métodos de cultivo han hecho que desde hace unos años la temporada de alergia comience antes y que esta sea más fuerte.
Afortunadamente, este año se ha establecido una intensidad leve o moderada de los síntomas de alergia. Sin embargo, miles de personas en nuestro país se verán afectadas por los síntomas… ¿Cómo evitarlos?
- En primer lugar, acudir a un médico alergólogo para que estudie el caso y diagnostique, para saber así a qué tipo de alergia se enfrenta cada paciente. Es importante hacerlo antes de empezar a consumir fármacos sin prescripción médica.
- Consultar diariamente la web de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica para ver el nivel de polen que hay en el ambiente.
- Evitar las zonas con mayor concentración de polen, como jardines, parques y otros espacios verdes, más aún si son zonas de alta contaminación (si se encuentran, por ejemplo, dentro de los cascos urbanos de grandes ciudades).
- Tener especial precaución en los días secos y calurosos, ya que concentran una mayor cantidad de polen en el aire, y durante los soleados y ventosos, porque el alérgeno entra con mayor facilidad en los ojos. Hay que ser precavido porque la lluvia despeja el ambiente de polen, pero si a las pocas horas de llover, reaparece el sol, el polen volverá con más fuerza. Se recomienda salir a la calle con gafas y crema protectora de sol para protegerse en cualquier época del año.
- Se aconseja evitar salir durante las horas más problemáticas del día en cuanto a concentración de polen: el amanecer (de 05.00 a 10.00 horas) y el atardecer (de 19.00 a 22.00 horas).
- Mantener una higiene y una limpieza óptimas: lavar la ropa, realizar duchas frecuentes o quitarse el calzado al llegar a casa. Si es posible, es conveniente tender la ropa limpia en un tendedero interior para que no se llene de polen.
- Cerrar las ventanas por la noche y ventilar a mediodía tan solo durante 10 minutos.
- Evitar los cambios bruscos de temperatura, así como los espacios cerrados y con grandes multitudes (restaurantes, salas de cine, centros comerciales…).
- Cuidar la alimentación y otros productos. Además de no fumar, es importante tener cuidado con algunos productos, como el vinagre, las salsas picantes, el alcohol o productos de limpieza. También es posible aprovechar los beneficios de otros productos naturales, como el ajo negro o la spirulina, para fortalecer el sistema inmunológico.
- En caso de ser necesario, consumir antihistamínicos para paliar los efectos de la alergia. Afortunadamente, estos medicamentos tienen cada vez menos efectos secundarios, produciendo los de segunda generación menor somnolencia.