Así es la nueva cepa brasileña: más contagiosa y sin vacuna
Un profesional sanitario junto a una muestra de sangre positiva en coronavirus. / COLOURBOX

La evolución y la mutación de los virus no es ninguna novedad. El coronavirus sigue cambiando por todo el mundo con cepas que están demostrando ser más contagiosas que la origina. La última en detectarse ha sido la cepa brasileña.

Aunque todavía hay mucho desconocimiento sobre esta nueva cepa ya hay algunos estudios preliminares sobre ella. Éstos señalan que podría se más contagiosa; más virulenta; e inmune a los anticuerpos, es decir, que tendría capacidad para contagiar a personas que ya habían contraído el coronavirus y habían desarrollado sus propias defensas.

Además, un tema que también preocupa sobre la cepa brasileña es la efectividad de la vacuna. De momento no se ha podido demostrar que las actuales vacunas contra el coronavirus sean eficaces ante la nueva variante.

Los laboratorios farmacéuticos continúan realizando pruebas para esclarecer la cuestión. En el caso de Pfizer ya han adelantado que la vacuna serviría aunque perdiendo cierta efectividad. Sin embargo, esto no significa que deje al sujeto totalmente expuesto ante el coronavirus.

LO QUE SE SABE DE LA CEPA BRASILEÑA 

La nueva variante del coronavirus denominada como «P1» se detectó en la Amazonía brasileña, concretamente en la ciudad de Manaos. Según han indicado los expertos, esta cepa presenta alteraciones genéticas similares a la británica y sudafricana aunque existen diferencias.

La cepa brasileña cuenta con una mutación en la proteína Spike. Esta proteína es la responsable de que el virus se transmita más y por tanto aumente la posibilidad de contagios.

CADUCIDAD DE LOS ANTICUERPOS

A diferencia de las otras cepas, la brasileña podría dar por caducados los anticuerpos. De hecho, esto es lo que le sucedió a una joven de 29 años infectada con esta última variante. La chica se había sometido aun test de antígenos antes de acudir a una fiesta y se había demostrado que tenía anticuerpos a pesar de que ya habían transcurrido nueve meses desde su infección.

Sin embargo, pocos días después comenzó a desarrollar síntomas compatibles con el coronavirus y es que en la fiesta había estado un infectado. La joven repitió la sintomatología de su primer contagio (tos, décimas y dolor muscular) pero con añadidos: diarrea, dolor de cabeza y pérdida del gusto y el olfato.

De entrada, su caso puso en duda la duración de los anticuerpos que actualmente se cree que podrían durar hasta seis meses. No obstante, al haberse sometido a la prueba antes de volver a contraer la enfermedad, se ha demostrado que la joven tenía defensas para hacer frente a la COVID-19. Por ello, a día de hoy se está tratando de demostrar si los anticuerpos son efectivos para luchar contra la nueva cepa brasileña.