Imagen de recurso de un kit de supervivencia

Este lunes, un apagón eléctrico sin precedentes ha dejado a oscuras a España y Portugal, paralizando servicios en todo el país y recordando de forma alarmante las advertencias lanzadas por Bruselas hace apenas un mes, recomendando la preparación de un kit de supervivencia.

La Comisión Europea presentó el pasado 26 de marzo su estrategia de preparación ante grandes amenazas, entre las que se incluyen guerras, pandemias, accidentes nucleares o ataques a infraestructuras críticas. En un contexto global marcado por incertidumbre y tensiones geopolíticas, la UE buscaba mejorar la preparación de los Estados miembros y de la población ante posibles emergencias.

La coincidencia entre el corte de suministro eléctrico y la reciente publicación del plan europeo pone en el centro del debate una de sus recomendaciones clave: el kit de supervivencia doméstico, pensado para que los ciudadanos puedan hacer frente a crisis durante las primeras 72 horas, sin depender de los servicios esenciales.

¿Qué debe llevar este kit de supervivencia?

Según la guía publicada por la Unión Europea, este kit básico debe incluir los siguientes elementos:

  • Agua embotellada (mínimo 5 litros por persona)
  • Alimentos no perecederos y fáciles de preparar
  • Una radio con pilas
  • Linterna
  • Batería de repuesto para el móvil
  • Hornillo o cocina portátil y gas envasado
  • Combustible
  • Cerillas
  • Dinero en efectivo
  • Medicamentos esenciales
  • Pastillas de yodo
  • Material de primeros auxilios
  • Cinta adhesiva
  • Un extintor
  • Artículos de higiene personal
Kit de supervivencia

Esta estrategia de la Unión Europea se suma a otras iniciativas, como el plan ‘ReArm’, destinado a reforzar la industria de defensa europea con una inversión de hasta 800.000 millones de euros, y el ‘Readiness 2030’, un libro blanco para la seguridad del continente. Bruselas también ha propuesto la creación de un comité especial de crisis para coordinar respuestas ante emergencias a gran escala.

El apagón ha servido como recordatorio de que las amenazas que parecían lejanas pueden hacerse realidad en cuestión de minutos, y ha acelerado el interés de muchos ciudadanos por tomar precauciones.