En un momento clave para la sanidad valenciana, el programa Ágora de 7TeleValencia, reunió a tres voces expertas del sector para reflexionar sobre los desafíos estructurales, el papel de la colaboración público-privada y la necesidad urgente de transformación.
Con motivo del Día Mundial de la Salud, los doctores José Luis Poveda, director del Hospital Universitario La Fe, Javier Palau, director gerente del Hospital Vithas Valencia Turia, y Alfonso Pérez, director del Grupo Sanitario Ribera, protagonizaron una tertulia en la que no se eludieron temas sensibles como las listas de espera, la falta de profesionales, la salud mental o el envejecimiento poblacional.
Radiografía de la sanidad valenciana
La conversación arrancó con una mirada general al estado actual de la sanidad en la Comunidad Valenciana. El doctor José Luis Poveda defendió que el sistema público ha vivido una profunda transformación en los últimos años. “Hemos pasado de un modelo muy estático y cerrado a uno dinámico y en red”, explicó, refiriéndose al nuevo enfoque basado en agrupaciones interdepartamentales que permiten compartir recursos humanos y tecnológicos entre hospitales.
“Hemos logrado avances clave como el anillo radiológico único y la historia clínica compartida, lo que garantiza la equidad en el acceso a la atención sin importar dónde esté el paciente”, añadió. Poveda subrayó que, pese a eventos adversos como la DANA o la presión presupuestaria, la Consellería de Sanidad ha incrementado la inversión en sanidad pública, apostando por la modernización y la eficiencia.
En ese sentido, el doctor Javier Palau, responsable del hospital Vithas Valencia Turia, señaló que el sistema sanitario vive un “momento transformador” en el que la tecnología debe jugar un papel central, pero sin perder de vista la humanización del trato al paciente. “La digitalización debe ser una herramienta, no un fin. El reto es aprovechar la tecnología para que los profesionales dispongan de más tiempo para lo esencial: escuchar, empatizar, cuidar”, afirmó.
Palau, que ha dirigido la apertura de un nuevo hospital recientemente, reconoció también los desafíos que enfrentan las infraestructuras sanitarias privadas: “No es fácil abrir un hospital desde cero en estos tiempos. Las necesidades son muchas y la complejidad regulatoria es enorme”.
Colaboración entre la sanidad pública y privada
La relación entre sanidad pública y privada fue uno de los temas que centró la tertulia, con posiciones firmemente coincidentes. Alfonso Pérez, desde su experiencia en el Grupo Sanitario Ribera, defendió con claridad que ambas deben colaborar de forma estructural. “Más de 12 millones de españoles se atienden en el sistema privado. No es un actor marginal, es parte del sistema. Sin la sanidad privada, el sistema público colapsaría”, afirmó con rotundidad.
En la misma línea, el doctor Palau añadió que “somos vasos comunicantes. Cuando el sistema público no llega, el privado ayuda. Cuando el privado no puede, el público responde. La clave está en entendernos como parte de un mismo ecosistema”. Ambos coincidieron en que los enfrentamientos ideológicos solo perjudican al ciudadano, y abogaron por una visión integradora que ponga el foco en el paciente, no en el proveedor.
La salud mental, el gran reto de la sanidad
Uno de los puntos más sensibles de la conversación fue la salud mental, a la que los tres expertos calificaron como la “asignatura pendiente del sistema sanitario”. El doctor Poveda admitió que, durante demasiado tiempo, la salud mental ha sido la gran olvidada en los planes de salud pública. “Ahora estamos empezando a tomarla en serio, pero partimos de un déficit enorme”, señaló.
En respuesta a esta situación, el Gobierno valenciano ha puesto en marcha el Plan de Salud Mental 2024–2027, dotado con más de 700 millones de euros y orientado a reforzar tanto la red de atención como los equipos humanos. “Vamos a incorporar más de 200 profesionales especializados en salud mental: psiquiatras, psicólogos clínicos, terapeutas ocupacionales… pero no se trata solo de cantidad, sino de estrategia”, explicó.
Por su parte, Alfonso Pérez insistió en que la atención debe ser personalizada. “No podemos meter todo en el mismo saco. No es lo mismo una depresión en un adolescente que una demencia en un mayor. Hay que saber identificar causas, contextos y diseñar respuestas específicas”, sostuvo.
La saturación de los centros de salud y las listas de espera a debate
En la calle, los ciudadanos expresaron sus preocupaciones principales: las listas de espera, la dificultad para acceder a especialistas, la saturación de centros de salud y la carga de trabajo que soporta el personal sanitario. Estas quejas no fueron ignoradas por los invitados.
Poveda explicó que se están poniendo en marcha nuevas herramientas para agilizar el acceso, como asistentes virtuales, inteligencia artificial aplicada al triaje y un sistema de clasificación por prioridades quirúrgicas. “Hemos logrado que los casos de prioridad 1 se intervengan en menos de 30 días, lo que ha supuesto una reducción del 58% en los tiempos de espera para estos pacientes”, aseguró.
La educación sanitaria es clave
Un punto de consenso absoluto fue el desafío que supone el envejecimiento de la población. “Vivimos más años, pero eso implica más enfermedades crónicas, más dependencia y más necesidad de cuidados integrales”, explicó Palau. Pérez añadió que el sistema sanitario del futuro tendrá que ser “más preventivo, más predictivo y menos reactivo”, apostando por tecnologías como el big data y la inteligencia artificial para anticipar problemas de salud antes de que se manifiesten clínicamente. “La medicina proactiva será clave si queremos sostener el sistema a 20 o 30 años vista”, remató.
Los doctores reflexionaron sobre el papel que debe jugar la educación sanitaria en la transformación del modelo. “Muchos ciudadanos siguen pensando que la sanidad es gratis, y eso es un error. La sanidad es pública, pero tiene un coste altísimo que pagamos entre todos”, advirtió Pérez. También se habló del fenómeno de la hiperfrecuentación: “España es uno de los países con más visitas al médico por habitante. Hay que cambiar esa mentalidad de que al médico se va por cualquier cosa. Eso también es sostenibilidad”, concluyó Poveda.
La investigación, pilar esencial para avanzar
Uno de los momentos más destacados del programa fue la intervención del Dr. Julio Núñez, director científico adjunto del Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA. Su discurso fue una llamada a la acción y a la reflexión. Núñez defendió que la investigación ya no puede considerarse un lujo o una actividad periférica en los hospitales, sino un pilar tan esencial como la asistencia o la docencia.
Subrayó la necesidad urgente de atraer y retener talento, denunciando la precariedad con la que históricamente se ha tratado a los investigadores en el sistema sanitario. “La investigación se hace desde las personas y para las personas”, afirmó, lamentando que todavía se perciba a quienes investigan como figuras extrañas, incluso dentro de sus propios centros.
El doctor insistió, además, en que uno de los grandes obstáculos no es técnico, sino cultural: la falta de alianzas y colaboración entre instituciones. “Tenemos talento individual, pero nos cuesta unirnos, nos cuesta recorrer el camino acompañados”, señaló. Para Núñez, este individualismo supone un freno para la ciencia sanitaria, que debería ser eminentemente cooperativa, conectada y sostenida por redes de trabajo común.
La inteligencia artificial como herramienta para los facultativos
La conversación dio paso entonces al papel de la inteligencia artificial en el ámbito sanitario. Tanto Núñez como el resto de invitados coincidieron en que esta tecnología ha dejado de ser una promesa futura para convertirse en una herramienta imprescindible. Desde la automatización de tareas administrativas hasta la mejora en la toma de decisiones clínicas, la IA está ayudando a liberar tiempo de los profesionales sanitarios, permitiéndoles centrarse en lo que realmente importa: el cuidado directo de los pacientes.
Núñez remarcó que la inteligencia artificial ya está sustituyendo numerosas tareas rutinarias, desde la gestión documental hasta la predicción de ingresos hospitalarios o la interpretación de imágenes médicas. “Nos permitirá hacer más, mejor y más rápido, pero no puede implementarse sin una gobernanza clara ni sin ética”, advirtió.
Desde el Hospital La Fe, el Dr. Poveda reiteró la importancia de romper las barreras entre asistencia, docencia e investigación, considerándolas como partes de un ecosistema integrado. Celebró los avances de la última legislatura, como la estabilización del personal investigador y la mejora de sus condiciones retributivas, pero insistió en que la investigación debe ser cada vez más colaborativa, tanto a nivel nacional como europeo. “No se puede hablar de excelencia sin ciencia”, sentenció.
Desde el sector privado, tanto el Dr. Palau como el Dr. Pérez destacaron que sus centros también han hecho una apuesta clara por la investigación. Fundaciones propias, ensayos clínicos financiados con fondos europeos y proyectos de innovación forman parte ya de la estructura operativa de hospitales privados como Vithas o el Grupo Ribera. Para ellos, la investigación no solo aporta prestigio, sino que también es un elemento clave de atracción de talento médico. “Hoy los profesionales buscan centros donde puedan desarrollar su vocación investigadora”, afirmó Palau.
Una medicina de personas para personas
Otro de los aspectos más prometedores abordados fue la medicina personalizada, impulsada por el análisis masivo de datos, la inteligencia artificial y la genómica. Gracias a los avances en secuenciación del genoma y el uso de biomarcadores, ya es posible adaptar los tratamientos a las características concretas de cada paciente. “No se trata solo de tratar síntomas, sino de anticiparse a la enfermedad”, explicó uno de los expertos. Esta nueva medicina de precisión tiene el potencial de mejorar la eficacia terapéutica, reducir efectos secundarios y optimizar los recursos del sistema.
La conversación también incluyó una reflexión sobre la necesidad de rediseñar procesos antes de digitalizarlos. Los participantes coincidieron en que “no se trata solo de introducir tecnología, sino de mejorar primero el modelo organizativo”. Una transformación digital real, advirtieron, exige estrategia, formación y revisión de prácticas, no solo equipamiento.
Hacia el final del programa, los ponentes compartieron sus reflexiones personales. El Dr. Pérez habló de un momento de “movimiento y decisiones”, en el que la acción es más necesaria que nunca. Palau, por su parte, optó por un mensaje de optimismo: “Las herramientas están aquí. Es momento de trabajar juntos, sector público y privado”. Poveda cerró con una imagen poderosa: “Estamos en la tormenta perfecta, pero también en el momento de cambiar la historia”.
Así concluyó un programa que no solo diagnosticó los desafíos del sistema, sino que también señaló rutas de esperanza. Con más inversión, visión estratégica y voluntad política, la Comunidad Valenciana podría no solo superar sus actuales dificultades, sino posicionarse como un referente en sanidad moderna, humana e innovadora.