Ahora la moda es jugar a la Nintendo Switch, manejar un iPad o ser fan de ‘La Patrulla Canina‘, algo muy diferente si retrocedemos hasta las dos últimas décadas del Siglo XX, años en los que nació y creció la generación millennial o generación Y.
Durante los 80 y 90 la tecnología de los videojuegos estaba arrancando, en un principio con Sega y su famoso juego Sonic, para pasar años después a la fiebre de la Game Boy (años después llegó con color), la Nintendo 64 y personajes como Mario Bros o Donkey Kong e incluso la primera PlayStation. Pero al margen del mundo digital fueron muchos otros los juegos que conquistaron a toda esta generación: ¿recuerdas algunos de ellos?
Patines Fisher Price
Eran como las camas de niños que fabrica Ikea pero en forma de patines, es decir, ya podía crecerte el pie que los patines ofrecían la opción de crecer contigo para adaptarse a tus necesidades y no tener que cambiar de talla año tras año. Estos patines fueron el primer paso de muchos antes de ponerse de moda los ‘rollers’ o patines en línea.
Tamagotchi
Tus padres podían negarte tener una mascota en casa por todas las obligaciones que acarreaba y que, pasado un tiempo, todos sabemos que no ibas a cumplir pero no podía decir que no a cuidar a una mascota digital. El Tamagotchi fue la antesala de NintenDogs y con únicamente tres botones podías criar a tu propio animal virtual hasta que decidías eliminarlo para tener uno nuevo con el que jugar.
Línea Directa
En unos años en los que no existía Facebook, Instagram o Tinder la forma de ligar era muy diferente a la de hoy día. El juego de mesa ‘Línea Directa’ fue el entrenamiento para muchas chicas de lo que luego serían las redes sociales. En este caso el juego consistía en un tablero y un teléfono móvil de tamaño considerable donde la gracia era adivinar quién era tu admirador secreto a través de preguntas y pistas. En resumen: un ‘Cluedo’ versión pink.
La mansión de Casper
En estos últimos años las películas infantiles más taquilleras que han copado las tiendas de productos han sido algunas como ‘Frozen’ o ‘Los Minions’ pero en 1995 el pelotazo fue ‘Casper’. Como consecuencia de esta película llegó uno de los productos estrella de la época: La mansión de Casper, un juguete que ofrecía a los niños jugar con la casa de la película y los principales muñecos protagonistas. Además, el juego se completaba con una torre en forma de linterna capaz de proyectar murciélagos en las paredes de las habitaciones.
Robot Emilio
Tener un robot en casa era lo más del momento y si encima podías manejarlo para que te acercase un objeto era un extra añadido que gustaba a los niños más perezosos que ansiaban tener un mayordomo al estilo ‘Richie Rich’ (Macaulay Culkin, 1994). El problema era el precio y el espacio que ocupaba y es que el Robot Emilio medía cerca de un metro de altura.
La Herencia de Tía Ágata
El juego podía recordar un poco al mencionado ‘Cluedo’ pero con toques de las novelas de Agatha Christie y con trampas para los personajes que era lo atractivo del tablero. El objetivo era encontrar la fortuna de la tía Ágata y para lograrlo había que matar a todos los posibles herederos antes que nadie.
