El rostro más representativo del turismo valenciano es a día de hoy Francesc Colomer. El secretario autonómico de Turismo se declara un viajero de última hora. Es tan del último momento que mientras nos concedía esta entrevista, hace menos de 72 horas, todavía desconocía su destino de Semana Santa. «Soy de aquellos que toman la decisión al final», comentaba entre risas en los platós de 7 Televalencia.

Mientras se preparan las cámaras para comenzar la grabación de ‘Valencia en abierto’, hablamos con Francesc Colomer sobre cómo ha evolucionado el turismo, sus primeros recuerdos como viajero y esa lista de viajes y «felicidades pendientes» que el mismo secretari asegura que todos necesitamos tener.

Natural de Benicàssim, localidad donde ejerció como alcalde hasta en tres ocasiones, Colomer se declara un amante de las playas pero de las de aquí: limpias y con chiringuitos. No obstante, también asegura ser un apasionado de las grandes ciudades europeas como París o Viena aunque su próximo viaje personal le gustaría que fuese a Nueva York, ciudad que ha visitado recientemente para dar a conocer la oferta turística de toda la Comunitat Valenciana y tratar de restablecer la conexión aérea con la Gran Manzana.

El secretario autonómico de Turismo en los platós de 7 Televalencia. / M. SEGUÍN

Creció en Benicàssim, una de las localidades más turísticas de la Comunitat Valenciana, ¿cómo cree que ha cambiado el turismo desde su infancia hasta ahora?

Ha sido una evolución permanente y mi propia ciudad es el espejo de toda esa evolución, de la reinvención del turismo. Benicàssim es una población turística que se está reinventando constantemente. Aunque no lo viví, en el siglo XIX Benicàssim era el Biarritz de Levante con una burguesía que empezaba a veranear.

Partiendo de ahí, el turismo de mi ciudad ha evolucionado progresivamente hasta la que ha sido la última reinvención con la llegada de los grandes festivales como el FIB, el Rototom y ahora el SanSan. Por tanto, veo una evolución permanente donde el turismo ha cambiado muchísimo.

Los viajes de la infancia muchas veces marcan a las personas, ¿recuerda algún viaje en particular de tu niñez?

A ver, de la infancia recuerdo una excursión a pie desde Benicàssim a Les Santes. Les Santes es un ermitorio de una ciudad vecina, Cabanes, al que para llegar tienes que cruzar todo el desierto de Las Palmas a pie. Recuerdo que fue mi primera acampada, estuvimos allí tres días y se me grabó por la enorme fatiga del trayecto, pero también por el compañerismo. Al final es un viaje y para viajar no hace falta hacer 10.000 kilómetros. Viajar es compartir, es descubrir, es algo iniciático en la vida y por eso en el primer fogonazo me ha venido ese recuerdo.

Las villas de Benicàssim a lo largo de los años.

¿Había algún viaje soñado por ese Francesc de la infancia?

Sí, siempre he soñado ir hacia el sur. Había una canción que se llamaba ‘Camino del sur’ de un grupo que ya no sé si existirá: ‘Los chicos de la bahía’. En esa canción lo que representa el viaje al sur es ir hacia una especie de libertad, una luz más limpia. Y no sé, siempre me ha llamado el viaje hacia el sur. Cuando era pequeño pensaba en Australia como el gran destino de mi vida.

¿Y ha podido realizarlo?

No, todavía no (se ríe) pero está en la lista de las cosas pendientes porque todo el mundo necesitamos una buena agenda de viajes pendientes, de felicidades pendientes.

Hay viajes familiares, en pareja, con amigos, de trabajo… ¿Cómo son los viajes de Francesc Colomer?

A titulo propio viajo pocas veces por el ritmo de vida. Además, cuando lo hago son viajes cortos, muy cortos. Aquello del mes de vacaciones es un es una utopía radical desde hace muchos años. Pero algunos días sí que me escapo con la familia, son viajes familiares.

¿Y cómo es su agenda personal de ‘felicidades pendientes’?

Como próximos destinos en lo personal me gustaría regresar a Nueva York. Y después, yo soy muy de dos paisajes bien distintos. Por un lado, la playa me encanta con sus chiringuitos y toda la oferta complementaria que encierra el perímetro de una playa limpia y como las nuestras. Pero por otra parte, también soy muy de capitales europeas como París, Viena, Londres, Roma, Praga. Esas ciudades son fantásticas y me quedan muchas por visitar, pero bueno, es una aspiración que tengo.

Colomer durante su paso por ‘Valencia en abierto’. / M. SEGUÍN

Imagino que como secretario autonómico de Turismo habrá tenido la posibilidad de ver rincones de la Comunitat que no conocía, ¿qué puntos recomendaría?

Recomendaría la Comunitat Valenciana en general porque excepto deportes de nieve, tenemos de todo. Es un espacio y un territorio fascinante desde Morella hasta Benidorm. Tenemos el mar la posibilidad de callejear por ciudades como Valencia o Xàtiva, las playas de Gandia, Cullera, Benicàssim u Oropesa; el relato de los templarios del Papa Lluna en Peñíscola… Es decir, es un no parar y yo recomendaría como 7-8 días de ruta por toda la Comunitat Valenciana.

Arrancamos vacaciones de Semana Santa, ¿cuál será el destino de Francesc para estos días?

La verdad es que no sé lo que voy a hacer, soy de aquellos que toman la decisión al final. Los días más imprescindibles haré algo con la familia pero todavía minuto y resultado todavía no lo sé.