A sólo una semana de cumplirse un año del incendio de Campanar se ha descubierto un nuevo mazazo que complicará la investigación en curso. La DANA que azotó la Comunitat Valenciana el pasado 29 de octubre destruyó varias pruebas clave del origen del fuego.
Según se ha podido conocer en las últimas horas, a través de una diligencia del Juzgado de Instrucción n.º 9 de Valencia avanzada por EFE, la riada afectó gravemente el almacenamiento de pruebas en el depósito judicial de Riba-roja del Túria.
El agua destruyó piezas esenciales para esclarecer el origen del fuego que causó la muerte de diez personas y la pérdida de 138 viviendas el 22 de febrero de 2024. Entre ellas, el motor compresor del frigorífico donde se sospecha que se inició el incendio, según informes periciales.
Además, se han perdido fragmentos de los paneles metálicos de la fachada, cuyo material contribuyó a la rápida propagación del fuego. Otros restos afectados incluyen material adherido a las chapas metálicas y sustancias sólidas recogidas en botes de cristal.
Todas estas evidencias estaban resguardadas en el depósito de piezas de convicción, una instalación gestionada por la Conselleria de Hacienda y utilizada por la Conselleria de Justicia. La Generalitat Valenciana confirmó que la inundación afectó tanto a la infraestructura como a parte del material almacenado, poniendo en riesgo la cadena de custodia de numerosas pruebas judiciales.
Impacto en la investigación y medidas adoptadas
La destrucción de estas pruebas supone un revés significativo para el proceso judicial, ya que el motor del frigorífico era considerado un elemento clave para determinar la causa del incendio. Asimismo, los paneles metálicos de la fachada eran objeto de análisis para evaluar la seguridad del revestimiento exterior y su papel en la propagación de las llamas.
Ante esta situación, la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana ordenó el pasado 20 de noviembre la limpieza inmediata de los sótanos del archivo y el traslado de las piezas no afectadas a otro espacio seguro.
De las 30.000 piezas custodiadas en el depósito, aproximadamente un 15% resultó dañado, aunque aún se desconoce el alcance total de la pérdida de información crucial para el caso.
La investigación continúa en curso, con esfuerzos por reconstruir los hechos a partir de los informes periciales previos y las evidencias que lograron preservarse. Sin embargo, la pérdida de elementos clave podría dificultar el proceso para la obtención de conclusiones definitivas sobre las causas y posibles negligencias en el incendio.