El calentamiento progresivo del mar Mediterráneo está provocando graves consecuencias en la biodiversidad marina de la Comunitat Valenciana. Uno de los casos más preocupantes es el de las tellinas o coquinas, moluscos tradicionales en la gastronomía local que podrían desaparecer si las temperaturas del agua siguen aumentando.
Kevin Iborra, biólogo del Oceanogràfic de València, ha explicado en 7TeleValencia que esta especie es especialmente sensible durante su fase larvaria. “Las tellinas tienen un rango de tolerancia térmica muy estrecho, y las altas temperaturas afectan a su reproducción y supervivencia”, indica.
Además del impacto directo del calor, el incremento de la temperatura está provocando un aumento de medusas, que se alimentan de las larvas de tellina, reduciendo así las posibilidades de que lleguen a edad adulta.
“A más medusas, menos larvas y, por tanto, menos tellinas”, resume Iborra, quien también alerta del impacto que esta situación podría tener en el consumo humano y en la economía local.
LAS TORTUGAS MARINAS TAMBIÉN EN PELIGRO
Además del impacto sobre los hábitats y las cadenas tróficas, el biólogo ha destacado el grave efecto del calentamiento sobre las tortugas marinas. “La temperatura determina el sexo de las crías. Con más calor, nacen casi todas hembras, lo que compromete la viabilidad de la especie en el futuro”, explica Kevin Iborra.
Por ello, desde el Oceanogràfic se apuesta por el ARCA del Mar, el hospital de tortugas marinas donde ingresan estos animales para recuperarse gracias a los cuidados de nuestro equipo veterinario. Cada año se curan una media de 70 tortugas bobas (Caretta caretta) procedentes del litoral de la Comunitat Valenciana. Además, se trabaja en la recolección de huevos y en su incubación controlada para asegurar un equilibrio entre machos y hembras.
El experto del Oceanogràfic destaca que este caso es solo un ejemplo del desequilibrio que está generando el cambio climático en el ecosistema marino mediterráneo. A ello se suman la llegada de especies invasoras, como el alga tropical Caulerpa, la degradación de hábitats como las praderas de posidonia, o las amenazas derivadas de la pesca ilegal y las redes abandonadas en el fondo marino.
Iborra subraya la importancia de actuar desde el ámbito doméstico: reducir las emisiones, usar menos el coche, ahorrar energía y respetar los ecosistemas costeros. “El mar no empieza en la orilla, empieza en casa. Y todos tenemos un papel en su conservación”, concluye.