En marzo sonaron las alertas pero fue el 15 de mayo cuando la medida se hizo realidad. La prohibición de aparcar en el carril bus de Valencia entre las 22 horas de la noche y las 8 horas de la mañana inició su aplicación y las placas que permitían el estacionamiento nocturno se sustituyeron por recordatorios de la nueva normativa.
Ya han pasado cuatro meses desde la puesta en marcha de esta iniciativa impulsada por el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, pero el sector hostelero valenciano continúa sin aceptar la medida por las pérdidas económicas que aseguran suponer para ellos.
Además de una recogida de firmas para tratar de poner fin a la prohibición, los hosteleros buscan opciones con las que atraer de nuevo al público valenciano. Una de las últimas ha sido la llevada a cabo por la Asociación de Ocio y Hostelería de Ruzafa Gran Vía. Y es que para atraer a clientes a la zona céntrica de Valencia, la entidad ha llegado a un acuerdo con cinco garajes privados ofertando 1.200 plazas de aparcamiento a un coste de 4 euros la noche. Esta iniciativa se suma así a la llevada a cabo por el propio consistorio al concertar con varios parkings céntricos tarifas máximas de 6 euros y medio.