La Comunitat Valenciana ha experimentado una notable actividad sísmica en los últimos 30 días. Según datos del Instituto Geográfico Nacional (IGN), se han registrado un total de 21 terremotos en muy pocas semanas.
El más significativo tuvo lugar en Cocentaina el pasado domingo al mediodía. Este tuvo una magnitud de 3,2 grados en la escala Richter y una intensidad de III-IV en la Escala Europea Macrosísmica (EMS-98). El seísmo fue ampliamente sentido en la comarca del Comtat y zonas cercanas como l’Alcoià y la Vall d’Albaida.
De los 21 temblores, más de la mitad han sido de magnitudes inferiores a 2 grados, lo que los hace imperceptibles para la población. Otros 9 terremotos oscilaron entre los 2 y 3 grados, con intensidades menores que solo fueron ligeramente percibidas en áreas cercanas a los epicentros. Además del temblor de Cocentaina, la localidad de Sumacàrcer también registró un sismo significativo de 2,5 grados durante la madrugada del domingo.
En el caso de Sumacàrcer, este municipio acumula cinco de los 11 terremotos ocurridos en la comarca de la Ribera Alta durante el último mes, consolidándose como una de las áreas más activas en términos sísmicos dentro de la Comunitat Valenciana.
Una región en riesgo sísmico constante
La Comunitat Valenciana está ubicada en una de las zonas de mayor riesgo sísmico de la península ibérica, debido al contacto entre la placa Africana y la placa Euroasiática. Este sistema de fallas, que se extiende desde las Azores hasta el mar de Alborán, provoca frecuentes movimientos telúricos en la franja sureste de España.
Por ello, la autonomía vive en una situación de emergencia sísmica permanente, con un sistema de monitoreo continuo gestionado por el IGN. Este esfuerzo permite detectar y analizar los movimientos en tiempo real, mejorando la capacidad de respuesta ante posibles eventos de mayor magnitud.
La historia sísmica de la región evidencia episodios destructivos como el terremoto de Tavernes de la Valldigna en 1396 o el de Estubeny en 1748, conocido por destruir el castillo de Montesa. Aunque los movimientos recientes han sido de menor magnitud, la actividad constante destaca la importancia de las medidas de prevención.
Actualmente hay 403 localidades de la Comunidad Valenciana que están en riesgo sísmico: 258 en Valencia, 141 en Alicante y 4 en Castellón. Según recoge el Plan Especial frente al Riesgo Sísmico de la autonomía, estos municipios podrían sufrir terremotos de magnitud 5 en la escala Richter.
Así son los diferentes seísmos que podría vivir la Comunitat Valenciana
Cabe recordar que la escala de Richter fue desarrollada en 1935 por Charles F. Richter. Esta mide la magnitud de un terremoto, es decir, la energía liberada en su epicentro clasificándolos en ocho tipos.
Los movimientos sísmicos menores como los registrados estas semanas en Valencia se corresponden a microterremotos (< 2,0), generalmente imperceptibles para los humanos; y terremotos menores (2,0 – 3,9), percibidos como una leve vibración y no suelen causar daños.
En un término intermedio existen los terremotos ligeros (4,0 – 4,9), perceptibles para la mayoría aunque con escaso o nulo daño estructural en edificaciones; y los terremotos moderados (5,0 – 5,9), capaces de causar daños, es el caso del seísmo de Lorca en 2011 donde hubo cerca de una veintena de víctimas.
Finalmente destacan los terremotos fuertes (6,0 – 6,9), que pueden causar daños graves en áreas densamente pobladas; los terremotos mayores (7,0 – 7,9), con alta capacidad destructiva y sentidos a cientos de kilómetros de distancia; y los terremotos catastróficos (≥ 8,0), devastadores en un radio de cientos de kilómetros como el de Chile en 1960 pudiendo incluso causar tsunamis.
