CRISTINA CORREDERA. De los 542 municipios de la Comunidad Valenciana, un total de 215 cuentan con una población inferior a los 1.000 habitantes. La despoblación es una realidad que se está afrontando desde las administraciones públicas. Los pueblos de interior también existen en nuestra comunidad. Y están sufriendo un grave problema, la despoblación. Municipios como Titaguas lo viven en primera persona.
¿Por qué se van?
Muchos responsabilizan la falta de oportunidades laborales, educativas o de ocio como los principales motivos de la fuga hacia las grandes ciudades.
¿Cómo solucionarlo?
Por ello la Diputación trabaja para combatir estos problemas y fomentar oportunidades en el medio rural. Potenciar el consumo y los productos de proximidad, en el ámbito económico, y acercar los servicios sanitarios y la coyuntura educativa, son unas de las principales medidas para conseguirlo. La gente de pueblos que sufren este problema también está a favor de la necesidad de generar empleo como motor económico para el desarrollo de su localidad.
La calidad del producto es el valor añadido de Titaguas y de muchos pueblos de interior. Sus habitantes lo saben y desde la Diputación tratan de potenciar este punto fuerte. Pero eso no es todo, la calidad de vida en los pueblos de interior es una de las razones más determinantes para los que escogen quedarse.
Tomar conciencia de la despoblación, y la necesidad de cambiar esta situación es algo que la sociedad y los políticos ya están haciendo. Este es el paso previo para darle la vuelta al problema y convertirlo en oportunidades de progreso.