
El mercado aéreo podría cambiar radicalmente en los próximos años. Varias aerolíneas de bajo coste están considerando incorporar asientos verticales, conocidos como standing seats o asientos ‘de pie’, en sus aviones para vuelos cortos. Esta propuesta, que ya ha superado varias pruebas de seguridad, busca aumentar la capacidad de pasajeros y reducir el precio de los billetes.
Aunque hoy vuelve a ser noticia, la idea de viajar prácticamente de pie no es nueva. Desde 2003, fabricantes y aerolíneas han explorado esta opción como una forma de abaratar costes en vuelos de corta duración.
La empresa italiana Aviointeriors ha sido pionera en este concepto con su modelo Skyrider, una estructura que combina respaldo vertical y un pequeño soporte acolchado que recuerda a un sillín de bicicleta.
Su versión más reciente, el Skyrider 2.0, se presentó en la Aircraft Interiors Expo de Hamburgo en 2018 y ha logrado cumplir con los requisitos de seguridad aérea internacionales. Este diseño permite reducir la distancia entre filas de los actuales 78-81 centímetros a solo 58 centímetros, incrementando la capacidad del avión en un 20%.
Viajar por menos de 5 euros para trayectos cortos
El mayor atractivo de estos asientos sería la posibilidad de ofrecer billetes extremadamente baratos. Según informes de la industria, algunos pasajes podrían venderse por menos de cinco euros en rutas europeas de alta demanda y corta duración, de menos de dos horas. Aerolíneas como Ryanair ya han manifestado su interés por este concepto desde hace más de una década, aunque sin concretar su implementación.
Michael O’Leary, CEO de Ryanair, propuso en 2012 instalar hasta 10 filas de “asientos de pie” en algunos de sus aviones Boeing 737-800, vendiendo los billetes entre 1 y 5 libras. Aunque hasta ahora ninguna compañía ha confirmado oficialmente su uso, medios británicos han reportado que varias aerolíneas low cost estudian seriamente esta posibilidad de cara a 2026.
Eficiencia y controversia
El Skyrider 2.0 de Aviointeriors no solo permite transportar más pasajeros, sino que también reduce el peso total del avión, lo que implica menor consumo de combustible y costes de mantenimiento. Sin embargo, este modelo prioriza la eficiencia sobre la comodidad, y mantiene al pasajero en una posición casi erguida, apoyado en un pequeño respaldo y asegurado con cinturones.
Lo cierto es que este concepto representa un cambio en la experiencia de viaje, que podría redefinir las categorías tradicionales en la aviación comercial. De implementarse, los asientos de pie cambiarían la forma de volar en trayectos económicos, con tarifas ultraeconómicas pero a costa de la comodidad habitual.