En noviembre, las lluvias torrenciales causadas por la DANA afectaron gravemente las dos denominaciones de origen de vino en la provincia, la D.O. Valencia y la D.O. Utiel-Requena. La bodega Cherubino Valsangiacomo, situada en Chiva junto al barranco del Poyo, quedó en el epicentro del desastre. Aún con las heridas abiertas tras la riada que anegó sus instalaciones y destruyó parte de su producción, la bodega ha querido brindar por la vida, la esperanza y la solidaridad.
Carlos Valsangiacomo, CEO de la empresa, participaba en la Noche del Vino Valenciano en circunstancias muy distintas y lo expresaba con emoción: “Un año especial, quizás especial tras el paso de la DANA que destruyó toda la bodega… pero sí que hemos traído un vino de los que pudimos salvar, que nos ha sorprendido la evolución tan buena que ha tenido”.
El vino salvado, que parecía perdido entre el barro y el agua, ha renacido con una calidad inesperada. Ese hallazgo se ha convertido en un símbolo de resistencia para una bodega que, hace apenas meses, vio cómo sus depósitos se inundaban y su actividad quedaba paralizada.
El vino valenciano se rehace tras un año duro
“Ahora es tiempo de preparar la siguiente vendimia, ya está todo en orden en la bodega. Ha sido complejo, pero ya estamos viendo la luz”, expresó Carlos. La recuperación no sería posible sin la ayuda de decenas de agricultores, proveedores, trabajadores, familiares y voluntarios. “Gracias al cariño de todos… si no, hubiera sido imposible”, subrayó.
La jornada fue, por tanto, más que una feria vitivinícola, una celebración de la resiliencia. “Hoy es más día de brindar y celebrar que se pueden hacer vinos en la Comunidad Valenciana pese a todo”, añadió Carlos, recordando que siguen produciendo sus vinos habituales, como el Moscatel, con la misma pasión de siempre.