Un grupo de jóvenes atraviesa la zona de la Ciudad de las Artes en plena ola de calor con un termómetro en el que se alcanzan los 42º. / EFE

España atraviesa un verano atípico, sofocante y letal. Las cifras de fallecimientos vinculados a las altas temperaturas durante las últimas semanas han encendido todas las alarmas sanitarias y climáticas. Hoy, además, el interior de la provincia de Valencia vuelve a estar en alerta amarilla por máximas que podrían llegar a los 38º.

Según los datos oficiales del sistema de monitorización de mortalidad diaria (MoMo), gestionado por el Instituto de Salud Carlos III, solo en lo que llevamos de verano de 2025 se han registrado ya 916 muertes atribuibles al calor extremo en España, una cifra que cuadruplica las defunciones provocadas por uno de los episodios más trágicos de los últimos años: la DANA que golpeó Valencia el pasado 29 de octubre, con 228 fallecidos.

El contraste resulta tan llamativo como preocupante y lo más alarmante es que el verano aún no ha llegado a su ecuador. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ya ha confirmado que junio de 2025 ha sido uno de los meses más calurosos jamás registrados en España, pulverizando récords históricos en varias provincias, y todo apunta a que julio y agosto seguirán esa misma tendencia ascendente.

Récords de temperaturas y mortalidad por calor

El calor extremo no solo incomoda, también mata. Y lo hace de forma silenciosa, especialmente entre los colectivos más vulnerables: personas mayores, pacientes con enfermedades crónicas, personas sin hogar y trabajadores expuestos a la intemperie.

El último informe de MoMo revela que entre el 21 de junio y el 7 de julio de 2025, han fallecido 916 personas en España por causas atribuibles al exceso de calor. Esta cifra supone un incremento vertiginoso respecto al mismo periodo del año anterior, cuando se contabilizaron 47 fallecidos.

Defunciones notificadas por altas temperaturas entre el 21 de junio y el 7 de julio de 2025. / FUENTE: MoMo

A nivel autonómico, las comunidades más castigadas por esta oleada de calor mortal han sido Cataluña, con 241 fallecidos; Madrid, con 116; Galicia, con 98; y Andalucía, con 88. En menor medida, aunque igualmente preocupante, destacan los 51 fallecidos en Castilla y León, 56 en Castilla-La Mancha y las 93 defunciones de la Comunitat Valenciana.

La Comunitat Valenciana, de nuevo en el epicentro 

La Comunitat Valenciana vuelve a situarse como una de las zonas más afectadas por las muertes vinculadas al calor. Con 93 fallecimientos en las dos primeras semanas de verano, la región soporta cifras preocupantes, especialmente en Alicante, que suma 57 muertes, seguida de Castellón (25) y Valencia (11).

Esta tendencia confirma que las provincias costeras y del interior próximo son especialmente vulnerables ante episodios prolongados de calor extremo, debido a factores como la elevada densidad urbana, la pobreza energética y el envejecimiento poblacional.

El dato más revelador es la comparación con la DANA que afectó a Valencia el 29 de octubre y que dejó 228 víctimas mortales en una jornada marcada por lluvias torrenciales y vientos huracanados. Aquel suceso conmocionó al país y ocupó portadas durante días. Sin embargo, las muertes por calor, más silenciosas y prolongadas en el tiempo, pasan desapercibidas a pesar de que cuadruplican ya las cifras de aquella tragedia en tan solo dos semanas.

Un verano que amenaza con romper todos los registros

El verano de 2025 no solo está siendo especialmente mortífero, sino que amenaza con convertirse en el más caluroso y dañino para la salud de los últimos años en España. AEMET ha confirmado que junio batió récords de temperaturas en numerosas estaciones meteorológicas del país, situando el promedio nacional de las máximas muy por encima de los valores habituales.

Según los expertos, el mes de junio ha «pulverizado» récords con una temperatura media de 23,6º, casi un grado más que en junio de 2017, el más cálido hasta el momento. Con máximas que llegaron hasta los 46º en algunas regiones del país como Huelva, el mes de junio de 2025 ya es el más cálido desde que existen registros (1961).

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Evolución de la temperatura media del mar Mediterráneo. / AEMET

«No hay precedentes en junio de una masa de aire tan cálido como la que sobrevoló España a finales de mes», explican desde AEMET. A ello se suma la situación marítima y es que el Mediterráneo alcanzó los 26,10º, la temperatura más alta registrada en junio. «Esa cifra, más de 2°C superior a la normal para la fecha, es propia de comienzos de agosto, muy cerca del momento del año en el que el Mediterráneo suele estar más cálido».

Además, los modelos de predicción de la AEMET y las proyecciones climáticas apuntan a que julio y agosto continuarán con temperaturas superiores a la media, especialmente en el sur y el este peninsular, así como en zonas del interior. El calor acumulado, las mínimas nocturnas elevadas y la falta de lluvias están configurando un escenario climático de alto riesgo.

El calor como emergencia de salud pública

Más allá de los datos meteorológicos, las cifras de MoMo dibujan una emergencia de salud pública que ya ha dejado un balance trágico. Durante el verano de 2024, entre el 20 de junio y el 22 de septiembre, se produjeron 1.979 fallecimientos en España por causas vinculadas al calor extremo, con 261 defunciones en la Comunitat Valenciana, desglosadas en 209 en Alicante, 38 en Castellón y 14 en Valencia.

Lo alarmante es que, en apenas dos semanas de verano de 2025, ya se ha alcanzado casi la mitad de la mortalidad registrada en todo el verano anterior, lo que confirma que este año se perfila como el más mortífero desde que existen registros sistematizados sobre este fenómeno.

El Ministerio de Sanidad, a través de su Plan Nacional de Actuaciones Preventivas por Altas Temperaturas, mantiene activo el nivel de alerta en varias provincias, pero desde los colectivos médicos y asociaciones climáticas se reclama reforzar las medidas preventivas y campañas de concienciación, ante un fenómeno que ya no se puede considerar excepcional.

Los expertos coinciden en que estos datos son la consecuencia directa del cambio climático, que está modificando los patrones meteorológicos tradicionales en España y favoreciendo la proliferación de olas de calor cada vez más tempranas y severas.

Este verano ya ha dejado una huella imborrable en términos de mortalidad y registros térmicos. Con 916 fallecimientos en apenas 17 días, cuadruplicando las víctimas de la DANA de Valencia, España afronta uno de los episodios más graves de su historia reciente. La alerta sanitaria, climática y social está activada, y los expertos advierten que lo peor podría estar aún por llegar.