El Ayuntamiento de Valencia, a través de la Oficina de Bienestar Animal, ha diseñado una estrategia integral para controlar la superpoblación actual de palomas en la ciudad. Entre las medidas que se tomarán, el consistorio estudia sancionar a aquellos ciudadanos que alimenten a estas aves.
«Es un error pensar que alimentar a las palomas es un acto de amor, algo positivo, sino todo lo contrario. Los restos de comida atraen a roedores y otras plagas como hormigas y cucarachas, que pueden generar un problema de salud pública. Se genera igualmente un daño importante al patrimonio urbano, porque sus excrementos son corrosivos y provocan un desequilibrio ecológico, ya que un exceso de palomas desplaza a otras especies de aves autóctonas», ha destacado el concejal de Bienestar Animal, Juan Carlos Caballero.
Caballero ha apelado a la colaboración ciudadana para controlar la superpoblación de palomas en la ciudad de Valencia. El personal técnico ha alertado de la presencia de ‘alimentadores’ en la zona de Patraix, además del problema del tránsito y depósito de cereales en las instalaciones portuarias, como causa de la concentración masiva de palomas en Poblats Marítims.
El Ayuntamiento impartirá charlas en centros educativos y de mayores para atajar el problema de la superpoblación de palomas. Tras la campaña didáctica podrían llegar las multas por alimentar a estas aves. «Estamos trabajando en la concienciación y en transmitir valores. Pero claro, el que incumple las normas, ensucia. Claro que se podrán establecer sanciones a los alimentadores que lo hagan de forma reiterada. Podría haber sanciones», ha confirmado el concejal.
MÁS DE 36.000 PALOMAS VIVEN EN LA CIUDAD DE VALENCIA
En colaboración con el personal técnico de la empresa adjudicataria del servicio, Lokímica, se ha elaborado un mapeo para determinar el censo real de población de palomas para establecer una serie de acciones que ayuden a controlar esa sobrepoblación.
Este primer estudio ha permitido determinar que la población actual es de casi 36.000 ejemplares de palomas. «Y seguirán en aumento si no actuamos de forma integral con todas las herramientas y mecanismos que tengamos a nuestro alcance», ha alertado Caballero. Cabe señalar que en el año 2021 se estimaba una población aproximada de 22.000 aves de este tipo.
El concejal responsable de la Oficina de Bienestar Animal ha detallado las causas de este crecimiento. «Se debe principalmente a la existencia de edificios abandonados, la alimentación ciudadana y a las políticas realizadas en años anteriores, que se centraban únicamente en la colocación de comederos con pienso esterilizantes sin otras medidas complementarias», ha relatado el portavoz municipal.
ACCIONES PARA EVITAR LA SUPERPOBLACIÓN DE PALOMAS
En primer lugar, se va a proceder a relocalizar los comederos repartidos por la ciudad con pienso esterilizante y se suprimirán aquellos que han resultado ineficaces. Se van a mantener en el mismo lugar nueve de los 16 comederos habilitados.
Otra de las acciones previstas supone el uso de herramientas disuasorias, como la captura controlada o los sistemas sonoros, además del trabajo coordinado con los técnicos municipales de Patrimonio para proteger adecuadamente edificios, estatuas y otros elementos valiosos.
En este punto, el concejal de Bienestar Animal ha alertado de los «palomares improvisados» que los propios animales hacen en huecos, balcones y fachadas de inmuebles abandonados. Por eso ha urgido a los propietarios a que mantengan limpias y revisadas dichas viviendas sin uso.
El concejal ha querido aclarar que «las palomas que se capturen serán trasladadas a palomares ecológicos; no se sacrifica a ningún animal, salvo que sus condiciones veterinarias así lo determinen». «No se trata de sacrificar a las palomas capturadas, que son necesarias para nuestro hábitat, sino de acabar con ese exceso de población que genera otros problemas», ha concluido.