La vicepresidenta del Gobierno valenciano, Mónica Oltra, ha confirmado hoy que los inmigrantes a bordo del Aquarius serán repartidos en tres barcos y que Cruz Roja ya tiene preparada su primera acogida en el puerto de Valencia.
Las 629 personas que viajan en el Aquarius se encuentran en una situación «límite»: entre ellos hay más de 120 niños y mujeres embarazadas, están «hacinados» y tienen alimentos para 24 horas.
Cruz Roja se va a encargar, dada su amplia experiencia, del dispositivo de la acogida durante las primeras horas y los primeros días de los inmigrantes, y que ya están preparadas las camas y los alimentos necesarios para cuando desembarquen en el puerto de Valencia.
Además, en la reunión de la comisión para la atención y acogida de personas refugiadas y desplazadas forzosamente, convocada para esta tarde, se tratarán las «derivaciones» de estas personas tras la primera acogida, para lo que cuentan con el ofrecimiento de las otras diez comunidades autónomas que, junto a la Comunitat Valenciana, firmaron en 2015 un manifiesto para poder acoger a refugiados.
Oltra ha asegurado que todas las ONG están movilizadas, así como entidades privadas, el Arzobispado de Valencia y personas a título individual, y ha agradecido a la sociedad valenciana y a la española que se haya «volcado» con ofrecimientos para asistir a estas personas.
Fue el alcalde Joan Ribó quien tomó la iniciativa de proponer València como puerto de llegada del barco, minutos después de que lo hiciera su homóloga de Barcelona, Ada Colau. El president Ximo Puig se sumó al ofrecimiento y, horas después, Sánchez anunciaba la decisión, que al parecer no se llevará a cabo al menos en la forma prevista, el viaje del Aquarius.
Y es que las ONG responsables del buque Aquarius, Médicos Sin Fronteras (MSF) y Sos Mediterranée, descartaban en torno a la medianoche viajar a España por la inseguridad que generaría un viaje de entre tres y cinco días hasta València. La enviada especial de Euronews Analise Borges, a bordo del barco, explicó que las condiciones meteorológicas empeorarán en los próximos días y la previsión es que el trayecto hasta València, de más de 1.300 kilómetros, se prolongue entre tres y cinco días.
Poco antes, desde la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) había reclamado que se permitiera el desembarco inmediato de los 629 migrantes rescatados en el Mediterráneo y expresado su preocupación por la posibilidad de que el buque tuviera que desplazarse hasta València, ya que ello supondría reducir notablemente la capacidad de respuesta ante un posible nuevo naufragio.
Además, MSF expresó su «preocupación» por la seguridad de los migrantes rescatados que están a bordo del Aquarius, entre ellos «enfermos, heridos, mujeres embarazadas y menores».