Un agente de la Policía Local de Burjassot se encuentra herido después de que un toro bravo le atacase. El animal, que iba a ser sacrificado, se escapó del recinto en el que permanecía. Un chaleco antibalas protegió al policía, que se encuentra estable pero con varias contusiones.
Según ha adelantado el diario Levante-EMV, un grupo de agentes acudieron al matadero de Burjassot después de recibir una llamada de sus responsables. Un toro bravo, de unos 500 kilos, estaba suelto por el recinto sin conseguir dominarlo. Aunque los agentes querían agarrarlo sin hacerle el menor daño posible, las circunstancias no lo permitieron.
El matadero no disponía de sedantes, ya que se dedican a la comercialización de carne por lo que su uso no es permitido. Un veterinario de la zona acudió con ketamina para poder detener al animal con el menor sufrimiento. Seis agentes participaron en la detención del toro para que no llegase hasta el núcleo urbano después de arrasar con la valla perimetral.
El policía, que se encontraba delante del toro sin ningún sitio en el que protegerse, fue embestido por el animal. Un tiro con su arma reglamentaria no fue suficiente para pararlo. El toro, que se resistía a todos los ataques, recibió una treintena de disparos hasta que quedó tirado en el suelo.
La principal herida del agente ha sido en la mano, en la que presenta importantes desgarros. El chaleco antibalas no dejó que pasase ninguna de las cornadas, protegiéndolo así de fracturas.
Respecto al animal, el toro será finalmente incinerado. Los restos del anestésico de la ketamina no han permitido que se hiciese comercialización de su carne.