
Desde primera hora de este martes, las playas de Gandia, Oliva, Daimús, Piles, Bellreguard, Miramar y Guardamar de la Safor mantenían la bandera roja izada como medida de precaución. Ha sido a primera hora de la tarde cuando la Conselleria de Medio Ambiente ha dado luz verde para su reapertura al comprobarse que la sustancia aparecida en la costa no supone un riesgo para la salud.
La Autoridad Portuaria de Valencia había confirmado la mayor concentración de este material en la desembocadura del río Serpis, en Gandia. Aunque inicialmente se localizó en aguas portuarias, las corrientes marinas lo esparcieron a lo largo de unos 16 kilómetros de litoral, afectando una importante franja costera en pleno inicio de temporada veraniega.
«No hay toxicidad ni hidrocarburos en el material analizado», confirmaban esta tarde desde Medio Ambiente. «El informe es claro y no deja lugar a dudas: el material aparecido en los últimos días no es tóxico y no puede afectar a las personas, por lo que la totalidad de la playa vuelve a ser apta en el baño».
¿Qué es el misterioso material blanco que cubre las playas de la Safor?
La aparición de la extraña sustancia de color blanco en las playas de la Safor ha desatado la curiosidad. Este material, que se presenta en forma de pequeños grumos similares a granos de arroz, se caracteriza por carecer de olor y deshacerse fácilmente entre los dedos, dejando una textura aceitosa.
Los primeros análisis visuales descartan que se trate de un residuo biológico. Técnicos y expertos apuntan a que podría ser algún tipo de aceite o sustancia oleica que, al contacto con el agua salada, se ha solidificado formando estas pequeñas bolitas blancas. Una de las particularidades que más llama la atención es su ausencia total de olor y su rápida disolución al tacto. Según el informe, está formado en un 40% aproximadamente por grasas.
Un cierre de playas histórico en Valencia
La incertidumbre ha provocado durante dos jornadas que los servicios de socorrismo y policías locales refuercen la vigilancia en las zonas afectadas para garantizar que nadie accediese al agua ni a la arena.
Algunos municipios como Oliva restringían incluso el acceso a las playas, mientras que otros como Xeraco informaban que sus arenales permanecían limpios, aunque se mantenía en alerta ante cualquier novedad.
Los alcaldes de las localidades afectadas habían solicitado celeridad en los resultados, especialmente en una semana donde las altas temperaturas y la llegada de visitantes aumentan la presión turística en la costa valenciana. Esta situación es insólita en la comarca, pues nunca antes se había decretado el cierre preventivo de un tramo de playa tan extenso en plena temporada.