Son la nueva moda en movilidad urbana por su comodidad y manejabilidad, pero los patinetes llevan de cabeza a peatones y a administraciones. València no es ajena a esta tendencia y el uso del patinete eléctrico en la ciudad va en aumento.
Tanto es así que el pasado diciembre el Ayuntamiento de València aprobó el proyecto de ordenanza de Movilidad de València por el que quedan regulados. De este modo, el Consistorio prohíbe la circulación en las aceras, con la excepción de que los de Tipo A –los de menor tamaño y potencia-, que pueden ir a 10 kilómetros por hora por calles peatonales, siempre dando preferencia para los viandantes.
La normativa, sin embargo, no contempla que el casco sea obligatorio para los usuarios de los patinetes eléctricos de tamaño más pequeño y solo lo fija para los de Tipo B, aunque ambos modelos podrán ir por la calzada con el resto de vehículos.
En esta línea, el concejal de Movilidad Sostenible Giuseppe Grezzi aseguró que la ordenanza valenciana – que está en periodo de alegaciones y no prevé estar en vigor hasta el mes de marzo- busca crear «un espacio público de calidad, amable y pacificado» que protege a los peatones. De hecho, la nueva norma sitúa València como una de las más flexibles en su uso en comparación con otras capitales, como Madrid o Barcelona.
Desde la Dirección General de Tráfico, por su parte, sí abogan porque el casco sea obligatorio. Además, trabaja en un real decreto para impedir que los patinetes eléctricos circulen por la acera y que la velocidad máxima para ellos sea de 25 kilómetros por hora.
Casi la mitad de usuarios desconoce si hay normativa
Resulta curioso, demás, que el 49 % de los usuarios de patinetes eléctricos y otros vehículos de movilidad personal no sabe si existe normativa de uso, según reveló un estudio reciente de la Fundación Mapfre. Además, cuatro de cada diez cree que pueden circular por cualquier parte.
Sin embargo, nueve de cada diez usuarios tradicionales encuestados (conductores y peatones) consideran necesario regular el uso de ese tipo de vehículos y, entre quienes los utilizan, el 70 %. Además, entre quienes no los usan, 8 de cada 10 muestran miedo e inseguridad y 1 de cada 10 señala que ha tenido algún tipo de percance con esos vehículos en el último año.