El Abric Lambert, también conocido como la Montaña del Oro o Montaña de Cullera, esconde unas peculiares pinturas rupestres ocultas desde la Edad de Oro.

Este espacio fue descubierto por los excursionistas locales del Centre Cullerenc de Cultura en 1995. Josep Martínez y Lambert Olivert fueron quienes dieron con estas pinturas en una abertura rocosa.

El Abric Lambert es un abrigo que contiene pinturas rupestres del denominado arte esquemático. Se originó en el Neolítico y tendría su desarrollo durante las culturas metalúrgicas con un final entre la Edad de Bronce y la Edad de Hierro.

El arte esquemático pretende expresar conceptos con los mínimos elementos posibles. Sus motivos se representan en color rojo con unas dimensiones que oscilan entre los 20 y 30 cm.

Como sucede en el Abric Lambert, las manifestaciones esquemáticas se encuentran generalmente en abrigos y cuevas poco profundas. Este arte también se localiza en rocas al aire libre dificultando enormemente su conservación.

Desde febrero de 2020, estas pinturas están abiertas al público. Cullera instaló una pasarela peatonal para facilitar el acceso hasta el yacimiento. Para llegar se debe entrar por la calle Lloma dels Cabeçols y pasar por ella es totalmente gratis.

UNA RUTA POR LAS PINTURAS RUPESTRES VALENCIANAS

L’Abric Lambert está inscrito en el Registro General de Bienes de Interés Cultural (BIC), concretamente en la categoría de Zona Arqueológica. El 26 de junio de 1996 se solicitó la declaración de Patrimonio de la Humanidad para el conjunto. Tan solo dos años después, todo el Arte Rupestre Mediterráneo fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Hay que destacar que el panel que contiene las pinturas se sitúa en la zona central del abrigo, los motivos representados se encuentran muy próximos entre sí y representan pectiniformes, identificados como cuadrúpedos, cruciformes y representaciones esquemáticas de la figura humana. Todos los motivos están pintados en color rojo oscuro y ejecutados con líneas gruesas.

Hoy por hoy, el conjunto de pinturas rupestres del Abric Lambert es prácticamente desconocido. Por otro lado, en el estado en el que se encontraba no podía ser tampoco dado a conocer. Eran, por tanto, necesarias las acciones que facilitasen el acceso de la población a las pinturas, dada la importancia del conjunto dentro del marco de Arte Rupestre Mediterráneo.