Máxima tensión en el pleno del Ayuntamiento de Valencia
Pleno del Ayuntamiento esta mañana

Lo que parecía un debate institucional más en el Ayuntamiento de Valencia acabó este martes con escenas de máxima tensión, gritos y duras acusaciones cruzadas. La chispa que encendió el conflicto fue la aprobación de una moción del PSPV en defensa de los derechos del colectivo LGTBI, que incluía el rechazo explícito a la reforma de la Ley Trans que se debatirá esta semana en Les Corts. Sin embargo, lo que hizo estallar el salón de plenos no fue tanto el contenido como las circunstancias que rodearon la votación.

Minutos antes de la votación, dos concejales del gobierno municipal, Juanma Badenas y Cecilia Herrero, abandonaron el hemiciclo. Con este abandono, el grupo de gobierno de PP y VOX se quedaba en minoría ante una votación que comenzaba en su ausencia y que se aprobaba en beneficio de PSPV y Compromís.

Alrededor de las 12:25, Rocío Gil, edil de Igualdad, intervenía para cerrar el debate sobre dos iniciativas relacionadas con la LGTBIfobia y la legislación trans. Durante su intervención, ya con el Herrero y Badenas fuera del hemiciclo, muchos ediles  estaban más pendientes de lo números que del discurso. Al concluir, la alcaldesa María José Catalá inició el proceso de votación. Fue entonces cuando se evidenció la ausencia de dos miembros del equipo de gobierno.

En ese momento, Badenas y Herrero regresaron al salón. Catalá, visiblemente incómoda, anunció que se repetiría la votación, desatando un auténtico terremoto político. Desde la bancada de la oposición se levantaron voces acusándola de manipular el procedimiento. Borja Santamaría, concejal socialista, se dirigió con rapidez hacia el secretario municipal, quien se limitó a indicar que no podía intervenir en la interpretación política de los hechos.

La alcaldesa optó por decretar un receso de diez minutos y se retiró a su despacho acompañada del secretario, parte de su equipo y representantes de Vox. A su vuelta, casi veinte minutos más tarde, se confirmó que la primera votación se mantenía válida. La segunda, correspondiente a la moción de Compromís, fue rechazada.

Respuesta al caos en redes sociales

En redes sociales, los ecos del caos no tardaron en aparecer. Desde Compromís, el grupo lamentó en X (antes Twitter) lo ocurrido: “Catalá ha intentado repetir una votación perdida porque dos concejales suyos se habían ausentado. ¡Intolerable!” —decían desde la cuenta oficial del grupo municipal. Por su parte, la socialista Núria Llopis calificaba lo sucedido de «esperpento» y denunciaba que la alcaldesa trató de «burlar el reglamento». Frente a ello, Rocío Gil defendía en su cuenta personal que el PSOE y Compromís querían “imponer su relato” y que el equipo de gobierno simplemente estaba actuando conforme al reglamento.

Más allá del escándalo, el resultado tiene calado político: la moción aprobada refuerza el posicionamiento institucional del Ayuntamiento a favor de los derechos del colectivo LGTBI y expresa una condena directa a cualquier retroceso legal en materia de igualdad, con especial atención a la situación de las personas trans. Pero también ha dejado en evidencia la fragilidad del actual equipo de gobierno, cuya mayoría depende de la plena coordinación de todos sus miembros.