Durante los meses de verano se multiplican las picaduras de insectos, garrapatas o medusas, según informa la conselleria de Sanitat. Tres de cada cuatro asistencias por esta causa se produce entre junio y septiembre. El grupo de edad más perjudicado es el de menores de 19 años.
El número de personas atendidas en lo que llevamos de año por picaduras o mordeduras de insectos o artrópodos en los centros de salud de la Comunitat Valenciana asciende a 8.677. Supone un descenso gracias a las medidas antiCOVID de restricción de la movilidad, que han supuesto una menor presencia de las personas en el exterior.
Si la picadura es de mosca negra, mosquito, avispa o abeja, el picor dura 24-72 horas. Dejan lesiones inflamatorias residuales que desaparecen sin causar cicatriz en 5-7 días. La mayoría de casos no requiere tratamiento. Ahora bien, si hay una reacción local exagerada, se deben aplicar cremas o pomadas con corticoesteroides, y antihistamínicos orales para el prurito. Si esta terapia no funciona, se debe iniciar un tratamiento con corticoesteroides orales.
En el caso de la garrapata, expertos del Hospital General señalan que lo más importante es extraerla completa con pinzas. En este sentido, se debe agarrar el insecto entre el espacio que queda entre la piel y la boca para evitar que queden restos orgánicos que puedan causar posteriormente reacciones a cuerpo extraño. Las garrapatas, en ocasiones, pueden transmitir enfermedades cuyo tratamiento es antibiótico. Solo se deben administrar una vez confirmado el diagnóstico clínico y microbiológico por una persona experta.
Si el origen del problema es una medusa, lo primero es desprenderse de los tentáculos y, para eso, sumergir la zona en el agua del mar ayuda. Si es necesario, el tratamiento es como el de las garrapatas (se debe evitar recurrir al vinagre o al bicarbonato).