La introducción de la droga se efectúa en contenedores legales sin conocimiento de los importadores/exportadores
La introducción de la droga se efectúa en contenedores legales sin conocimiento de los importadores/exportadores

La Guardia Civil y el Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria han intervenido un alijo de 117 kilos de cocaína en el puerto de Valencia. La droga estaba oculta en la estructura de un contenedor procedente de Sudamérica que contenía fruta, según ha informado la benemérita en un comunicado.

La operación se efectuó a mediados del mes de mayo, cuando los agentes del Instituto Armado detectaron la alteración de la estructura metálica de un contenedor. Tras las pertinentes comprobaciones, pudieron verificar la manipulación y ocultación de 117 kilos de cocaína en su interior. La carga que contenía el contenedor, fruta sudamericana, era de origen lícito.

La droga se introdujo mediante sistema de ‘gancho perdido’ o ‘rip off’, una técnica consistente en aprovechar envíos de mercancías legales para introducir la droga, bien dentro del contenedor o en su estructura, sin que los exportadores ni importadores tengan conocimiento alguno. De esta forma se benefician del flujo habitual de mercancías legales a nivel internacional.

Los efectivos de la Unidad de Análisis de Riesgos (UAR) de la Aduana de Valencia, integrada por componentes del Resguardo Fiscal de la Guardia Civil y funcionarios del Servicio de Vigilancia Aduanera de la agencia Tributaria, trabajan constantemente para detectar este tipo de conductas y descubrir a sus autores.

PRIMERA PUERTA DE ENTRADA DE COCAÍNA DEL PAÍS

El puerto de Valencia se ha convertido en el principal muelle de entrada de cocaína en España. Asimismo, es el tercero en Europa, tras Bélgica y Holanda. Sólo en 2022 se intervinieron 26 contenedores que contenían más de 11.500 kilos de esa droga.

Este método de introducción de la droga en el país está cada vez más popularizado entre los delincuentes del narcotráfico internacional quienes, incluso, usan avanzadas tecnologías para evitar que las autoridades puedan seguirles la pista, como el uso de chats encriptados que, si bien dificultan la tarea a los cuerpos de seguridad, no evitan ser intervenidos.