Valencia celebra la Festividad de Sant Vicent Ferrer. Pero… ¿quién fue San Vicente?

Sant Vicent Ferrer fue un dominico valenciano, taumaturgo, predicador, lógico y filósofo. Sus famosos viajes de predicación, subido sobre un asno y alojado en los conventos de dominicos, le otorgaron el aprecio de la población de distintas regiones de Europa.

De acuerdo con la leyenda popular, Sant Vicent Ferrer logró varios milagros alzando su dedo índice, razón por la cual se lo conoce cariñosamente como “Sant Vicent el del ditet”.

En la iconografía se lo suele representar con el dedo índice alzado hacia el cielo y con un par de alas a sus espaldas. De hecho, en su conmemoración se levantan, en las calles de Valencia, “altares” donde los niños representan escenas de su vida y milagros.

Multitud de ermitas y altares recuerdan, en muchos rincones de la Europa occidental, anécdotas históricas o apócrifas sobre la multitud de milagros realizados por el propio santo, en su largo camino de predicación, o por sus reliquias.

La activa participación de Vicente Ferrer en el Compromiso de Caspe, donde fue elegido como rey de Aragón Fernando de Antequera, (miembro de la dinastía castellana de los Trastámara), resultó decisiva para el encuentro.

Tras su canonización, en 1455, se convirtió en el santo patrón principal de la ciudad.

De sus obras, el escrito vicentino que más ediciones e influencia ha tenido a lo largo de los siglos es su Tratado de la vida espiritual, escrito como respuesta a las preguntas formuladas por un novicio que quería caminar y progresar en su espiritualidad. En él, Vicente no sólo muestra el conocimiento de los autores espirituales más prestigiosos en aquel momento, sino que además deja entrever su vivencia de dominico observante.

San Vicente Ferrer dio un mensaje para que lo llevaran a todos los valencianos, que puede considerarse como su testamento. El mensaje dice así: «¡Pobre patria mía! No puedo tener el placer de que mis huesos descansen en su regazo; pero decid a aquellos ciudadanos que muero dedicándoles mis recuerdos, prometiéndoles una constante asistencia. y que mis continuas oraciones allí en el cielo serán para ellos, a los que nunca olvidaré».
«En todas sus tribulaciones, en todas sus desgracias, en todos sus pesares, yo les consolaré, yo intercederé por ellos. Que conserven y practiquen las enseñanzas que les di, que guarden siempre incólume la fe que les prediqué, y que no desmientan nunca la religiosidad de que siempre han dado pruebas».
«Aunque no viva en este mundo, yo siempre seré hijo de Valencia. Que vivan tranquilos, que mi protección no les faltará jamás. Decid a mis queridos hermanos que muero bendiciéndoles y dedicándoles mi último suspiro»

La Fiesta que ha celebrado este año el sexto centenario de su muerte , llega a su cumbre con la celebración de su eferméride, y se celebra con la ayuda del Gremi de Campaners de la Catedral, y su volteo de campanas a las 7.30 h. Pero será a lo largo del día de la fiesta, cuando los campaneros se afanen más con una serie de toques a lo largo del día.

Su punto álgido, se alcanzará con los volteos de campanas a la salida del Santo por la Puerta de los hierros durante la Solemne Procesión y la tradicional ofrenda de flores por la mañana.