Piezas de repostería tradicional conocidas como "Geperudetes"

Les Geperudetes son, este año, más que un dulce tradicional: se convierten en un gesto solidario con los hornos artesanos afectados por la DANA. La iniciativa, promovida por el Gremio de Panaderos y Pasteleros de Valencia, cuenta con el respaldo del ayuntamiento y se celebra por quinto año consecutivo coincidiendo con la festividad de la Virgen de los Desamparados, patrona de la ciudad.

Esta campaña consolida una tradición que une la repostería valenciana con la devoción popular. En numerosos establecimientos se ofrecen unas tortas redondas con textura de bizcocho, elaboradas con calabaza y almendra, dos ingredientes esenciales en la repostería local. La silueta de la Virgen de los Desamparados preside el centro del dulce, cubierto con azúcar glass.

El objetivo principal de Les Geperudetes es doble: rendir homenaje a la patrona de Valencia y apoyar al sector de la panadería artesanal, especialmente a aquellos hornos dañados por la DANA. Juanjo Rausell, presidente del Gremio, señala que «queremos que esta edición tenga también un impacto más allá de lo simbólico y emocional. Es un pequeño empujón para quienes siguen abriendo cada día con esfuerzo y vocación».

Caja de la edición especial diseñada para las ‘Geperudetes’ de esta temporada.

Muchos profesionales del sector han sufrido importantes pérdidas en sus instalaciones y materiales, lo que ha dificultado su actividad. Por eso, la campaña pretende visibilizar su situación y contribuir a su recuperación mediante la promoción de este producto emblemático.

UN GUIÑO A LA DANA

Una de las novedades de esta edición es la imagen que acompaña las cajas de Les Geperudetes, diseñada especialmente por una ilustradora valenciana afectada por la misma DANA que perjudicó a los hornos. Esta ilustración refuerza el carácter de la campaña, en la que tradición, gastronomía y solidaridad se dan la mano.

Desde el gremio insisten en que Les Geperudetes representan, además de un símbolo religioso y gastronómico, un acto de resiliencia y apoyo colectivo. “En momentos difíciles, la gastronomía también puede ser una forma de reconstrucción”, concluye Rausell.