El Mig Any de Moros y Cristianos en Valencia marca el ecuador festivo de una tradición que, año tras año, gana fuerza y presencia en la capital del Turia. A medida que se acerca el 9 de octubre, día grande para la Comunidad Valenciana, los preparativos no cesan. Las novedades de este 2025 auguran una celebración más intensa, participativa y emotiva que nunca.

Desde la Federación Valenciana de Moros y Cristianos (FEVAMIC), presidida por José Rubio, se ha impulsado un calendario repleto de actos culturales, sociales y musicales. Estos harán del Mig Any mucho más que una simple antesala de la gran entrada. En palabras de Rubio, “Valencia ya identifica el 9 de octubre con nuestra fiesta pero queremos que el ciudadano sepa que estamos presentes todo el año”.

Las capitanías de este ejercicio, lideradas por Susi San Andrés (Capitana Cristiana) y Salvador Lluch (Capitán Moro), han demostrado que el compromiso va más allá del desfile. “Tenemos detrás un grupo de mujeres valientes que están dispuestas a innovar y a darlo todo para expandir la fiesta”, destaca la capitana. Susi Andrés ha organizado eventos culturales, jornadas medievales para niños y actividades en colaboración con municipios diferentes.

Por su parte, Salvador Lluch es uno de los fundadores de la federación. Subraya la dificultad pero también el entusiasmo que supone mantener viva esta tradición en una ciudad tan activa como Valencia. “Es complicado abrirse hueco en una ciudad grande, pero hemos demostrado que tenemos una identidad propia, y la ciudadanía nos responde cada vez más”.

Entre las novedades anunciadas para este año destaca el concierto de música festera del 1 de julio. Este se celebrará en los jardines del Palau de la Música. Se estrenarán nuevas marchas moras y cristianas en un espectáculo abierto al público. También se ha renovado el Día del Alardo, que tendrá lugar el 5 de octubre con un recorrido que incluye una ofrenda floral a la Virgen de los Desamparados y a Sant Dionís, patrón del Alardo, y culminará con un desfile por la plaza del Ayuntamiento.

La federación, que cuenta con alrededor de 1.000 festeros, moviliza en fechas señaladas hasta 3.000 personas, incluyendo músicos, ballets, boatos y participantes de las comparsas. La magnitud del evento exige coordinación durante todo el año. “No es una fiesta que se monte en dos semanas, detrás hay un trabajo constante de logística, creatividad y amor por nuestras raíces”, añade Rubio. Las dos capitanías coinciden en un mensaje final: “Invitamos a todos los valencianos y visitantes a salir a la calle, a sentir las marchas, a vivir el color, la pólvora, y la pasión de los Moros y Cristianos en vivo. No es lo mismo verlo por televisión”.