Once años han pasado ya desde aquel junio de 2009 en el que el antiguo Ayuntamiento de Valencia dio por inaugurada la Torre Miramar. Este mirador de 45 metros de altura se ubicó en la entrada de la ciudad junto a la V-21. Entonces se presentó como uno de los grandes proyectos de Valencia pero no duró más de dos años en activo. Fue en 2011 cuando una avería del ascensor dejó la torre sin acceso, momento en el que cerró definitivamente.
Ahora el nuevo consistorio quiere recuperar este enclave. El objetivo es habilitar la rotonda de la avenida de Cataluña para la práctica de parkour y otras disciplinas como la escalada, la danza urbana, el skate o la calistenia, entre otros.
Así lo ha anunciado esta semana el alcalde de Valencia, Joan Ribó. Éste ha asegurado que con dicho espacio se aprovecharían más de 7.000 metros cuadrados que están en desuso. Además, la misma Torre Miramar se usaría para la práctica de rocódromo utilizando así cada rincón del enclave.
El objetivo es «dar uso a un espacio hasta ahora perdido para la ciudadanía, a la vez que se potencia el deporte y se ofrece una alternativa de ocio responsable e inclusivo, especialmente para las personas jóvenes», ha destacado Ribó.
CAMBIO EN LA ACCESIBILIDAD
El alcalde ha avanzado que desde el Ayuntamiento ya han iniciado las conversaciones con la Demarcación de Carreteras para buscar soluciones. «Ahí se gastaron muchos millones de euros que no han tenido ningún provecho. Vamos a intentar revertir esa herencia», ha explicado.
Otro cambio que se realizaría es en relación a la accesibilidad de la rotonda. Ribó ha planteado que se podría cerrar el paso inferior de peatones. Asegura que «genera muchos problemas» y afirma que «tiene muchos peligros». Por ello, desde el Ayuntamiento van a estudiar alternativas que permitan acceder a la rotonda en superficie.
