La tortuga laúd de 230 kilos que apareció en aguas de Mazarrón el pasado sábado, se recupera favorablemente en el Oceanogràfic de València. Las graves heridas en sus aletas y caparazón fueron recuperadas gracias a la labor de veterinarios y biólogos que han atendido al animal tras haber quedado enmalladado en un cabo de pesca.
La tortuga, de casi metro y medio de longitud, fue trasladada de urgencia al centro de recuperación de animales marinos del Oceanogràfic de València por los técnicos de la Dirección General de Medio Natural y del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de la Región de Murcia.
Los profesionales del acuario le realizaron los procedimientos veterinarios correspondientes y sanaron las múltiples lesiones y erosiones que presentaba en todo su cuerpo.
Aunque su estado inicial era muy débil, el animal está respondiendo favorablemente al tratamiento. Durante el día de hoy será devuelto al mar durante en Cartagena desde una embarcación facilitada por la Autoridad Portuaria de Cartagena y la dirección general de Medio Natural de Murcia.
Emisor satelital para conocer su comportamiento
La tortuga laúd (Dermochelys coriacea) es una de las especies de tortuga más grandes que existe en el planeta, pudiendo llegar a pesar 600 kilos, y de la que todavía se desconocen muchos aspectos de su biología.
Por ello, se le ha instalado un dispositivo satelital en el caparazón que permitirá conocer sus próximos movimientos cuando vuelva al mar. Esto aportará a los científicos una gran información sobre las rutas y el comportamiento en el mar de estos fascinantes animales.
Una tortuga catalogada como “vulnerable”
La lista Roja de Especies Amenazadas de la IUCN clasifica de “vulnerable” a la tortuga laúd y España también la incluye en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial.
Sus principales amenazas son la caza de ejemplares adultos en la playa, la muerte accidental en artes de pesca y la expoliación de sus nidos. Se caracteriza por tener una capacidad extraordinaria para regular su temperatura, lo que le permite tolerar temperaturas muy bajas y bucear a gran profundidad.