El Pleno del Consell de la Generalitat Valenciana ha declarado la paella valenciana Bien de Interés Cultural Inmaterial.  Esto se ha producido a través de un decreto aprobado este viernes y sobre el que destaca este plato como el arte de unir y compartir.

En un comunicado, el Govern valenciano ha asegurado que «son muchas las versiones y modalidades que ofrece esta receta. Por eso, en los últimos años, han surgido planes de actuación y entidades para su promoción y reconocimiento».

El decreto recoge la denominación principal de lo que es ‘paella valenciana’. Así como la elaboración de esta receta, que tiene diversas variantes a lo largo del territorio valenciano. Asimismo, se describe la forma de cultivar y recoger el arroz, las diferentes técnicas para elaborar la paella, así como el simbolismo que aporta este plato en las comidas familiares.

«La paella es un símbolo identitario del territorio valenciano«. Ha remarcado la vicepresidenta, Mónica Oltra, en rueda de prensa. «Hoy la paella no solo constituye un plato, sino que el hecho de su preparación la convierte en un fenómeno social», ha agregado.

La historia de la paella

Tal y como explica la Generalitat, los orígenes de la paella se remontan al año 220 a.C., después de que Alejandro Magno llevase el arroz a Europa. Sin embargo, este cereal no fue sembrado en grandes cantidades en Valencia hasta la llegada de los árabes. En el siglo XVI se empieza a tener constancia del uso, el blanqueo y la limpieza de la cascarilla del arroz.

Ya en el siglo XVIII, aparece en un manuscrito de recetas la primera citación referente a la paella o ‘arroz a la valenciana’. En ella se explicaban las técnicas para su elaboración y se remarcaba que el arroz debe quedar seco.

A principios del siglo XX, este plato típico se expande a grandes ciudades del mundo. El éxito llegó de la mano del ‘boom’ turístico de los años sesenta en España. Asimismo, coincidió con la llegada de turistas extranjeros para pasar las vacaciones.