Paseo de la Rambla de Barcelona.

«En vez de Barcelona, Valencia» así de claro lo subraya el prestigioso diario The New York Times en un reportaje publicado esta semana en su edición digital en el que propone seis ciudades europeas similares a las más turísticas pero que ofrecen mayor tranquilidad a los viajeros por sufrir menos saturación y servir de refugio a las multitudes.

El artículo de Andrew Ferren 6 places in Europe offering shelter from the crowns’ (6 lugares en Europa que ofrecen refugio de las coronas) explica la historia de Barcelona a nivel turístico señalando que su «boom» arrancó en 1888 cuando tuvo lugar la Exposición Universal.

Sin embargo, su turismo ha ido a más siendo ahora frecuente ver «despedidas de soltero alrededor de la Catedral; y cruceros que depositan miles de excursionistas diariamente». Además, según el autor del artículo «incluso las prostitutas a lo largo del boulevard más famoso de la ciudad, La Rambla, están acosando y robando a turistas demasiado borrachos para defenderse».

Imagen de la comparativa realizada en el artículo del NYT con la Rambla (izquierda) y el centro de Valencia (derecha).

Por ello como alternativa destaca la capital del Turia: «Para una dosis menos frenética de encanto mediterráneo, diríjase 220 millas por la costa hacia Valencia, la tercera ciudad más grande de España, con 800.000 habitantes y apenas 2 millones de visitantes por año». Unas cifras que contrastan con los datos ofrecidos de Barcelona con 1,6 millones de residentes y cerca de 30 millones de turistas al año.

El New York Times cuenta que Valencia fue fundada como «una comunidad de retiro para los romanos» y posee «muchos de los mismos atributos que Barcelona, ​​ambas ciudades antiguas amuralladas, con un centro en expansión lleno de arquitectura gótica, románica, renacentista y barroca«.

Para visitar recomienda la Catedral y asegura que «los puristas de la arquitectura no deben perderse la Lonja de la Seda del siglo XV, un sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y un impresionante recordatorio de la importancia mercantil de la ciudad». También nombra la importancia de las zonas verdes de la ciudad como el cauce del río Turia o la parte cultural que ofrece la Ciudad de las Artes con «su ópera, museo de las ciencias y el acuario más grande de Europa».

ValenciaAdemás asegura que tanto el Mercado Colón y el Mercado Central están «entre los más bellos de Europa» y explica que el IVAM es el primer centro de arte moderno de España. Tampoco se olvida de la parte de ocio que ofrece la ciudad en barrios como El Carmen o Russafa «repletos de galerías, cafés y arte callejero».

El artículo termina explicando que «ninguna ciudad europea con más de 300 días de sol al año, con playas interminables, cultura internacional, gastronomía y arquitectura nunca está exenta de turistas» pero añade que Valencia «está libre de masas de turistas que compiten de monumento a monumento dejando a su paso botellas de agua y resentimiento local».