Ante las previsiones climatológicas, Dulk ha explicado que la preocupación principal “no es la lluvia, sino el viento”. De hecho, y a pesar de que las perspectivas meteorológicas auguran precipitaciones, se ha optado por no cubrir el monumento puesto que, en caso de vientos fuertes, las lonas hacen un “efecto vela”. El autor ha explicado que las figuras más grandes llevan una capa de poliurea para protegerlas de la lluvia. “Si hay algún desperfecto causado por la lluvia siempre podemos retocarlo –ha indicado- pero contra el viento hay poco que podamos hacer”.

El autor del diseño del monumento, Dulk, ha manifestado su satisfacción por la plantà de la Falla. “Ya ha llegado el día en que tenemos la falla prácticamente acabada a falta de algunos detalles”, ha señalado. “Nos pusimos las pilas para acabar un poco antes por la amenaza de la lluvia, pero la verdad es que estoy muy contento por traer el mensaje de mi obra a la Falla Municipal, a la plaza de todas y todos los valencianos”.

El artista ha asegurado que para él es “un momento muy especial porque soy valenciano, y aunque viajo por todo el mundo, el hecho de poder hacer algo así en mi casa es una auténtica satisfacción”. El monumento es el resultado del trabajo combinado de Dulk, autor del diseño, y del artista fallero Alejandro Santaeulalia, responsable de la construcción y ejecución del proyecto.

Dulk ha expuesto el mensaje que lanza el monumento fallero de la plaza del Ayuntamiento: “La falla representa especies y ecosistemas amenazados y en peligro de extinción bajo la clave de la fantasía y el surrealismo”. “El objetivo es que enganche, que capture al espectador para que, detrás de esa imagen bonita que se ve en primera instancia, se observe después que no lo es tanto, ya que aparecen algunas de las especies y de los ecosistemas más amenazados del planeta, como el oso polar, que es un claro ejemplo de ello, o la tortuga instalada en la parte superior del monumento, protegiendo al árbol, que simboliza la vida. Y en torno a ello, todas las especies unidas para su supervivencia”. “La falla –ha concluido- se presenta como un conjunto, está planteada para que funcione compositiva y cromáticamente como una unidad”.

Con una altura de 22 metros y un presupuesto de 205.000 euros, el monumento presenta materiales naturales, tanto en la construcción de estructuras y apoyos, como en coberturas, preparaciones y acabados pictóricos. Además, incorpora técnicas tradicionales, como la varilla recubierta de cartón y masillas pétreas, y hace uso también de musgo, madera, algodón y papel, entre otros materiales, que le dan una textura natural.