Arranca el plazo para presentar la declaración de la Renta. Este año la mayor incertidumbre es cómo va a afectar a las 3’5  millones de personas que, a raíz de la pandemia del coronavirus, han formado parte de un ERTE.

Normalmente el ingreso mínimo para declarar es de 22.000 euros anuales. Sin embargo, basta con haber cobrado 1.500 euros de un ERTE  a lo largo del año para que ese límite se reduzca a los 14.000 euros.

Estas personas, al tener dos pagadores (la renta y el SEPE), se les retendrá por dos. Realmente, la prestación por ERTE se da sin retención o con una retención mínima del 2%. Esto es lo que hace que en la declaración haya que pagar los impuestos que no se retuvieron en su día en cada pago. De este modo, muchas de las personas afectadas por un ERTE tendrán que pagar a Hacienda cerca de mil euros.

A los ciudadanos que han estado en paro también les afecta. Pues en la mayoría de casos también se ha concedido la prestación sin retener el IRPF y ahora les saldrá a pagar.

El plazo estará abierto hasta el 30 de junio. De cualquier forma, la Agencia Tributaria va a enviar cartas informativas a los perceptores de ERTE que no presentaron declaración en la Campaña anterior y también reforzará la asistencia personalizada.