Proteger la salud pública y frenar el avance del coronavirus es el objetivo de la última resolución de la Generalitat Valenciana. Este fin de semana el Consell ha cambiado la regulación de la nueva normalidad donde se contempla el uso obligatorio de mascarilla.
Tal y como se ha señalado, dicha medida implica el uso continuado de la mascarilla en vías y espacios públicos. Esto supone un endurecimiento de su utilización ya que antes se debía usar si no podía garantizarse la distancia de seguridad de 1,5 metros.
A pesar de la obligatoriedad, la Conselleria de Sanitat ha establecido qué modelos pueden utilizarse. Desde Sanitat aconsejan el uso de las higiénicas y quirúrgicas. Además, todas ellas tienen que cubrir desde la parte del tabique nasal hasta la barbilla incluida. La finalidad es evitar la propagación de los rebrotes y una nueva saturación del sistema sanitario.
LA MASCARILLA «INSOLIDARIA»
No obstante, hay un modelo que no se permite y es que no todas las mascarillas protegen a la sociedad. Según la resolución del DOGV, queda prohibida la utilización de mascarillas con válvula exhalatoria. Galicia ya prohibió la utilización de estas mascarillas entre la población en general ya que los expertos aseguran que contribuyen a la propagación del coronavirus. Sin embargo, la Generalitat sí que permitirá su utilización en ámbitos profesionales en los que se recomiende.
Estas mascarillas también son conocidas como las «insolidarias» puesto que protegen al que la lleva pero no a los demás. Dichas mascarillas permiten que parte de las partículas desprendidas al hablar, toser o estornudar salgan de ella. Por tanto, el objetivo de proteger a la ciudadanía queda desmarcado y pone en riesgo la salud de las personas.
