Valencia, 18 de mayo de 1965. Una mujer ingresa en la Casa Cuna Santa Isabel para dar a luz a un niño al que nunca llegará a conocer: un bebé robado. Este es el caso de Enrique Vila Torres, el abogado valenciano que a través de la Asociación SOS Raíces Adoptados dedica su vida a la búsqueda de familiares para ayudar a personas que como él han descubierto ser frutos de adopciones.
Fue con 23 años cuando, por una mera casualidad, Vila encontró los papeles de su adopción. A raíz de ello descubrió que sus padres habían donado un millón de pesetas al lugar donde nació, cantidad que para entonces suponía una cifra de lo más elevada y equiparable al coste de una vivienda.
Pistas de Valencia hasta Navarra y archivos de la Iglesia a los que tiene prohibido acceder han marcado estos 30 años de búsqueda sin resultados. Pero Enrique no está solo y es que esta misma situación se repite en centenares de personas de todo el país.
En caso de sospechar ser fruto de una adopción irregular Enrique Vila tiene claro el procedimiento. Si se demuestra ser un niño robado hay que denunciar a la fiscalía y es a partir de entonces cuando comienza una búsqueda casi de película tal y como le ha sucedido al propio Vila.
El presidente de SOS Raíces Adoptados ha llegado hasta el Vaticano para pedir la intervención del propio Papa Francisco ya que la identidad de su madre biológica se encuentra en unos archivos eclesiásticos a los que no logra acceder a pesar de disponer de resoluciones judiciales en las que se solicita.
Será el próximo 14 de junio cuando estos mensajes al jefe de la Iglesia salgan a la luz con el libro “Carta de un bastardo al Papa”, una obra que podría ser la plataforma definitiva para que Enrique Vila encuentre finalmente a su familia.