Phinij Sopajorn es una mujer tailandesa de 70 años que ha dado una sorpresa a su marido, los médicos certificaron su muerte hace unos días después de unas complicaciones derivadas de la enfermedad de tiroides. La familia mantuvo a la mujer durante 3 días en el ataúd porque querían darle un funeral budista, según han informado los medios locales.
Cuando empezó la ceremonia, el marido le pasó un pañuelo mojado para limpiarle la cara, siguiendo el ritual. Rápidamente se percató que su mujer respiraba débilmente y parpadeaban levemente sus ojos. Avisó a los médicos para que le realizaran las maniobras de reanimación cardiopulmonar.
Los familiares de la mujer pudieron trasladarla a su casa y le pusieron botellas de agua caliente en el pecho para subir su temperatura corporal. Pero los médicos han avisado que su estado es débil y que es muy difícil que se recupere. El marido ha declarado a los medios locales que «no era el momento de morir», afirma que notaba que el cuerpo de su mujer no estaba rígido, tenía alguna sospecha de que algo raro sucedía.