Tras el incendio más grande de la historia de Valencia son muchas las dudas que se abren sobre el fuego y la vivienda. Normalmente las llamas se focalizan en una propiedad por lo que el edificio no suele dañarse. Sin embargo, el caso del fuego de Campanar es algo inusual por la rapidez de su propagación que terminó calcinando la totalidad de dos torres.
Los propietarios quieren que unos peritos independientes valores el estado de la edificación para conocer si habría opciones de reconstrucción. La gran pregunta que se abre es: ¿cómo se decide si un edificio incendiado puede repararse o debe demolerse?
El catedrático de la Universitat Politècnica de València Ignacio Payá ha explicado en un artículo en The Conversation que en estos casos siempre deben ser los expertos quienes estudien el daño causado en la estructura para resolver si puede haber una reparación o debe haber una demolición.
Efectos del fuego en los edificios
Según explica Payá en un artículo publicado en The Conversation los incendios generan flujos de calor sobre los elementos estructurales de los edificios como las vigas o los pilares. «Estos flujos de calor se traducen en incrementos de temperatura que reducen su resistencia y aumentan su deformabilidad», señala.
«Al aumentar su temperatura, los elementos estructurales tienden a expandirse, es decir, a aumentar su longitud. Si esta expansión está coartada, aparecen esfuerzos adicionales en la estructura. Todos estos fenómenos intervinieron, por ejemplo, en el colapso de las torres gemelas de Nueva York en el año 2001.
En palabras del catedrático del departamento de Ingeniería de la Construcción, los efectos de un incendio en la estructura de un edificio dependen de qué objetos arden y dónde, los materiales de la estructura y su organización.
«Por ejemplo, el acero pierde resistencia a partir de los 400°C, pero disminuye su rigidez a partir de 100°C, y la madera se consume cuando alcanza temperaturas superiores a 300 °C. En el caso del hormigón armado, suele admitirse que pierde toda su resistencia a partir de los 500°C y que las barras de acero en su interior ven reducida su resistencia en función de las temperaturas que alcanzan», explica Payá.
¿Cómo se determina la seguridad de la estructura tras un incendio?
Según señala el experto en construcción el primer paso es recopilar información sobre el incendio y el edificio. Posteriormente debe complementarse con inspecciones visuales y realizarse un primer análisis.
Asimismo, apunta a que «es común realizar ensayos no destructivos con aparatos como el esclerómetro o los ultrasonidos. Todos estos ensayos también ayudan a estimar las temperaturas que han podido sufrir los elementos estructurales y a dividir el edificio en zonas en función del daño causado por el incendio».
Por otro lado, Payá resalta que se determina la resistencia residual de la estructura tras el incendio. Para ello, es necesario realizar un modelo de incendio, un modelo térmico y un modelo estructural. «Estos modelos son una representación de la realidad y ayudan a la toma informada de decisiones. Su complejidad varía dependiendo de su finalidad y de los datos disponibles y pueden realizarse mediante cálculos manuales y con programas informáticos».
¿Qué pasará con el edificio incendiado en Campanar: demoler o reparar?
Tal y como detalla el catedrático de la UPV con toda la información recopilada los técnicos encargados de evaluar la estructura pueden tomar decisiones: demoler o reparar. También es posible realizar pruebas de carga para verificar el estado de la estructura tras su reparación.
En cuanto a la pregunta de qué sucederá con el edificio de Campanar, Payá señala que «determinar la seguridad de un edificio tras un incendio precisa de estudios» y, por tanto, «corresponde a los técnicos que los realicen».
«No obstante, si la estructura es de hormigón armado, hay motivos para ser optimista. De ser así, el edificio se debió proyectar y construir de acuerdo con la Instrucción de Hormigón Estructural EHE-08, normativa de obligado cumplimiento en España hasta su derogación en 2021 con la aprobación del Código Estructural», detalla.
«La EHE-08 establecía las exigencias que debían cumplir las estructuras de hormigón para satisfacer los requisitos de seguridad estructural, seguridad en caso de incendio y protección del medio ambiente. Su anejo 6 incluía unas recomendaciones para evitar un colapso prematuro de la estructura y para limitar la propagación del fuego fuera de zonas concretas», concluye.