La Fuensanta es una de las barriadas más singulares de la periferia de Valencia. Además, está pegado a otro barrio muy singular de la ciudad: San Isidro, y es que a estos sólo les separa el polígono Vara de Quart.
En esta nueva edición de ‘Curioseando Valencia’, el reputado periodista Héctor González nos muestra la historia de estas calles valencianas. La Fuensanta emergió a finales de los años 50, fue un barrio creado para acoger a las familias afectadas por la riada del 57. De hecho, actualmente algunas de las viviendas todavía conservan el mobiliario original de la época.
González señala que este peculiar barrio tiene lugares emblemáticos de Valencia como la sede de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Además, también se encuentra la casona del pozo de San Miguel de Soternes. Sin embargo, este caserón está actualmente abandonado y muestra de ello son las plantas silvestres ensortijadas que pueden verse en su tejado.
Otro lugar llamativo es la cofradía de la Hermandad de San Miguel. Esta posee una célebre imagen del arcángel alado apuntando con su lanza al demonio. Además, a esta lista de rincones de la Fuensanta, el periodista añade la plaza Colonia Española de México, una placeta que se va bifurcando sin una aparente lógica.
Por último, uno de los sitios más llamativos es la iglesia Virgen de la Fuensanta. El redactor destaca su sorprendente campanario, el cual se encuentra separado del templo. Además, según González, su fisionomía recuerda a la de un faro.
DE LA FUENSANTA A SAN ISIDRO
A través del polígono Vara de Quart se llega hasta la barriada de San Isidro, una zona que duplica la población de la Fuensanta ya que en él viven alrededor de 100.000 personas.
Este barrio ha sabido mantener una personalidad propia a pesar de su extraña localización pues San Isidro se encuentra aprisionado entre un polígono, un cementerio general, una circunvalación urbana y otra exterior.
En la llegada al barrio, destaca el nuevo bloque de viviendas Safranar. También el renovado rótulo de plaza que recuerda a la neuróloga y premio Nobel de Medicina Rita Levi-Montalcini.
Una vez se llega hasta la calle del periodista Mariano de Cavia, resulta llamativo ver el ornamentado edificio de la Tercera Unidad de Policía Local Distrito de Patraix. Siguiendo el transcurso de esta vía, se llega hacia el Parque de San Isidro.
EL PARQUE DE SAN ISIDRO, PUNTO CLAVE DE LA BARRIADA
Héctor González destaca de esta placeta sus esbeltas casas que la contornean a pesar de estar semi abandonadas. Detrás del Parque de San Isidro se encuentra el Camino Nuevo de Picanya, en cruce con el Carrer Pau. El redactor lamenta el deterioro de las típicas casonas de pueblo que rodean estas vías. Sin embargo, recomienda el transcurso por la calle sin salida Pau por ser una vía de pueblo dentro de la ciudad.
Tras esta inmersión, se recomienda el transcurso hasta la pequeña joya del barrio: la calle San Isidro. Es el punto con más encanto de la zona. Allí se encuentran la parroquia de San Isidro y el hogar de jubilados de San Isidro donde resaltan sus enormes palmeras y sus casonas coquetas, encantadoras y bien cuidadas.
ESPECTACULAR PANORÁMICA DEL BARRIO DE SAN ISIDRO
Tras el paso por este oratorio es aconsejable pasar por la rampa hasta la estación de San Isidro. Este enclave ofrece una hermosa panorámica de toda la barriada. Desde ella, los pinos y edificios compiten por el espacio de este suburbio.
Además, desde este punto también se puede encontrar el pabellón de San Isidro; casas solariegas más o menos cuidadas; algún retazo de huerta y una pequeña pinada, toda una serie de espacios que dotan de gran encanto a este barrio periférico.
