Lance Armstrong, ganador de siete Tours de Francia, admitió haber consumido EPO y cortisona igual que la tenista Maria Sharapova, ganadora de cuatro Grand Slam y consumidora asidua de meldonium. Maradona, Alberto Contador o Ben Johnson son otros de los casos más famosos del dopaje en el deporte de élite. Ninguno está relacionado con el culturismo, sin embargo, esta es la rama deportiva más castigada por la opinión pública. Por ello, federaciones como la Asociación Española de Culturismo Natural trabajan en cambiar esta percepción social.

El valenciano Álvaro Huerta es un claro ejemplo de esta lucha. Ganador del tercer puesto de culturismo natural a nivel mundial, trabaja día a día en el cuidado de su cuerpo de forma deportiva y saludable.

A esas pautas se le suman otras como una dieta estricta que no puede saltarse o el trabajo diario en el gimnasio: nunca más de una hora y con un tope de cuatro a cinco sesiones semanales.

Álvaro es sincero, de momento es imposible vivir del culturismo aunque asegura que ganar supone un impulso para su carrera como entrenador personal.

Ahora su próximo reto es competir en el campeonato español que se disputará en octubre para tratar de alcanzar el primer puesto de una competición que planta cara al dopaje.

La carrera más gamberra se prepara para conquistar Valencia