La Conselleria de Educación, Cultura, Universidades y Empleo y el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) están evaluando las obras escultóricas de arte almacenadas en las naves de la Generalitat en Riba-roja que han sufrido los efectos de la DANA, para determinar su estado y nivel de daños y proceder a su restauración si es necesario.
Los almacenes están ubicados en el polígono industrial El Oliveral de esta localidad, una de las zonas más afectadas por el fuerte temporal que azotó la Comunitat Valenciana y albergan alrededor de 170 obras la Colección de Arte Contemporáneo de la Generalitat; un total de 128 piezas del IVAM, mayoritariamente esculturas, así como un archivo de papel con catálogos y otras publicaciones relacionadas con el área de Cultura.
Tras la primera evaluación, las obras de arte contenidas en estos almacenes no presentan daños graves o irreparables. La Conselleria ha creado una comisión de técnicos con el fin de supervisar estas actuaciones, garantizando así la seguridad de las obras de arte.
Respecto a las obras del IVAM almacenadas en Riba-roja, es apenas el 0’7 % de la colección del museo, que cuenta en su totalidad con alrededor de 14.000 obras de arte. Esta nave alberga, en su mayoría, esculturas de mediano y gran formato de materiales resilientes como el acero corten, el aluminio o el fibrocemento que permiten su conservación preventiva en niveles de humedad relativa menos exigentes que en el caso de otros materiales, como el papel.
Embalajes para proteger las piezas
La inspección de las primeras obras de arte evacuadas revela que las cajas de almacenaje han evitado daños graves o irreparables sobre las esculturas. Las piezas se conservan en embalajes de madera diseñados específicamente para protegerlas. A su vez, la propia obra de arte está resguardada dentro de la caja con material de amortiguación como plástico de burbujas, planchas de espuma de polietileno o papel Kraft. Asimismo, hay que recordar que las piezas no se almacenan en contacto directo con el suelo, sino sobre estructuras.
Tras la primera visita de los técnicos, realizada el pasado 1 de noviembre, se activó la primera fase del plan de protección de colecciones ante emergencias. El plan contempla las intervenciones necesarias en el momento en que irrumpe la emergencia, especialmente si conlleva la evacuación de bienes culturales, así como una pauta de actuación inmediata para su recuperación.
3 fases de acción
La primera fase consistió en el estudio de la situación de la nave y de su entorno inmediato y en la definición de los recursos humanos y materiales necesarios. Para ello se creó un equipo de trabajo formado por técnicos del departamento de registro, conservación y restauración que han trabajado diariamente, incluso durante el fin de semana.
En una segunda fase, debido a la falta de suministro eléctrico en la zona, se contrató un grupo electrógeno para trabajar in situ y proceder a la limpieza del suelo que hacía impracticable el acceso de maquinaria específica. Esta tarea se prolongó durante una semana.
Tras diversas reuniones de trabajo se estableció la operativa para la evacuación externa de las obras de arte, que comenzó el viernes 8 de noviembre, siguiendo un estudio de prioridades de intervención. Esta categorización se lleva a cabo atendiendo a factores como su ubicación física, características de los materiales y posibles riesgos de daños sobre la obra.
En una tercera fase, en paralelo a la evacuación, los técnicos están realizando informes técnicos de cada una de las piezas para evaluar los daños y escalar el volumen de intervención necesario sobre las obras afectadas.