Este año la Virgen de los Desamparados está de estreno con un nuevo manto que ha sido donado para este 18 de mayo. / AVAN

La primitiva o histórica imagen de la Virgen de los Desamparados, alojado en el camarín de la Real Basílica, celebra seis siglos de su tallado. Un tiempo durante el cual ha estado íntimamente ligada a la historia de Valencia.

Aunque la identidad exacta de su autor o autores y la fecha o lugar de su creación aún no se han establecido con certeza debido a la falta de documentación en el extenso archivo de la Real Cofradía de la Virgen. Actualmente custodiado en la Biblioteca Valenciana, sí se puede inferir el contexto de su construcción.

SU ORIGEN DATA DE 1425

No hay registros anteriores a 1425 que mencionen la existencia de la imagen de la Virgen de los Desamparados. El primer indicio se encuentra en el inventario de ese año, que incluye un registro de pago al carpintero Bernat Corts por la construcción de una caja para almacenar la imagen de la Virgen María. Esto sugiere que la imagen ya estaba siendo elaborada, completada o a punto de ser terminada, o tal vez estaba en manos del pintor para su acabado, ya que las dimensiones de la caja debían corresponder a las de la imagen.

La imagen ya se menciona explícitamente e identifica como tal, documentada junto con la caja que la contiene, en el inventario de la Cofradía del año 1426: «Una imatge de la Verge Maria qui va sobre els cosses amb un brot de lir i una creu de fust».

A partir de la interpretación de los inventarios de la Cofradía, se deduce que si en 1425 ya se registra y paga la caja para guardar la imagen de la Virgen, hecha de un material delicado que no es ni madera ni piedra, es plausible que la talla se haya realizado en 1424 y haya llegado a manos de la Cofradía en 1425.

Traslado de la Virgen de los Desamparados. / JCF

AUTORES DE LA IMAGEN

Los expertos han sugerido que la autoría de la imagen corresponde a un escultor de estilo gótico con influencias de la escuela borgoñona. Es posible que el escultor fuera un artista local o alguien atraído a Valencia durante el esplendor económico del siglo XV, que pudo haberse formado en la Escuela de Borgoña.

Ante la falta de datos, en el siglo XVIII surgió una leyenda piadosa que se ha vuelto muy popular. Según la cual la imagen fue creada por los ángeles, aunque ningún historiador anterior la menciona. En 1767 se imprimió un opúsculo titulado ‘Nuevo y curioso romance, en que se da cuenta y declara el modo en que fue formada la Soberana Emperatriz de los Cielos María Santísima de los Desamparados, Patrona de esta Nobilísima y Leal Ciudad de Valencia’, en la imprenta de Agustín Laborda de la calle Bolsería.

Aprovechando la falta de información sobre el origen de la imagen, algunos han propuesto la teoría, sin base documental, de que escultores catalanes podrían haber sido los creadores. Sin considerar a los destacados artistas valencianos de la época ni a los extranjeros atraídos por el esplendor político, económico y cultural de Valencia.

Traslado de la Virgen de los Desamparados. / JCF

CARACTERÍSTICAS DE LA IMAGEN DE LA VIRGEN 

La talla es ligera, diseñada para ser transportada en los entierros sobre los cadáveres de los ajusticiados. Es yacente, con el Niño Jesús en su brazo izquierdo, mirándola a ella, y sosteniendo una pequeña cruz. En su heráldica, tanto el Hospital como la Cofradía ostentan la cruz que Benedicto XIII les impuso.

A diferencia de otras imágenes yacentes de vírgenes mediterráneas, la Virgen de los Desamparados tiene los ojos abiertos en lugar de cerrados. Originalmente, sus brazos estaban laxos y relajados. Pero la Iglesia prohibió que las imágenes de vírgenes o santos fueran colocadas sobre féretros, por lo que se modificó su posición. La inclinación de su cabeza hacia abajo responde al apoyo de un almohadón. Esto le da la apariencia de tener los ojos abiertos y mirando al frente.

La cara de la imagen original era la de una niña o joven de estilo gótico. Mientras que la actual, restaurada en tres ocasiones, muestra los rasgos de una mujer adulta. Las autoridades eclesiásticas rechazaron cambiar la cara debido a la familiaridad que tenía la gente con la imagen existente. La última intervención generó controversia ya que algunos expertos señalaron que la imagen original seguía los estándares de belleza religiosa de esa época en Italia y Francia.