Esta semana Valencia se suma ha la celebración del Día de los Centros Históricos de España. Una jornada de reivindicación que ha puesto en evidencia la situación que vive el centro de la ciudad tras un año de pandemia.

Locales cerrados, tiendas en venta y carteles de traspaso, así lucen numerosas calles de la capital del Turia. Los comerciantes tienen claro cuáles son los principales problemas: la ausencia de turismo y los cierres perimetrales de Valencia.

«Vivíamos mucho de una parte del turismo y las temporadas cerradas afectan», reconoce la empresaria de una tienda ubicada en el centro histórico. En el mismo punto coincide otro comerciante valenciano al confirmar que sí ha habido una reducción de la clientela. «Hemos tenido un descenso importante de las ventas y vamos a esperar a ver si podemos ir saliendo de toda esta situación», señala.

LAS OBRAS DEL CENTRO PONEN EN PELIGRO LOS NEGOCIOS LOCALES

Pero el coronavirus no ha venido solo. Ahora se suman las obras del centro. La reforma del entorno de la Lonja y de la plaza de la Reina ya han arrancado. Por delante quedan 12 meses de ruido, calles cerradas y aceras levantadas.

«Nosotros no nos negamos a las obras. Lo que nos duele es que hayan coincidido en el tiempo las dos», declara Julia Martínez, gerente de la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico de Valencia.

Martínez explica que las obras afectan a «la accesibilidad» y a «la atracción», dos factores que harán que «se resienten las ventas». Además, avanza que las obras podrían tener una consecuencia muy «peligrosa» para el comercio valenciano. «Nos podríamos encontrar que, una vez acabadas las obras, las calles estén muy bonitas y las plazas preciosas pero carentes de negocio local, autóctono y auténtico».

Dos ciudadanos contemplan el cartel de la recreación de la futura plaza de la Reina.

«HAN CONVERTIDO VALENCIA EN UNA CIUDAD DE SALDOS»

La situación del centro histórico también ha llegado a la esfera política. Desde el Partido Popular han denunciado la situación y la han tachado de “desoladora”. El diputado popular Juan Carlos Caballero asegura que faltan ayudas y que son los dirigentes valencianos quienes deberían estar en ERTE.

«Sólo hay que dar un paseo por la ciudad de Valencia y ver al cantidad de persianas bajadas que hay ahora mismo de negocios que no saben si podrán abrir después de todas estas restricciones», relata Caballero. «Es la realidad, han convertido Valencia en una ciudad de saldos», critica.

EL CENTRO DE VALENCIA SE DIGITALIZA

Para paliar la situación, desde la Asociación de Comerciantes han apostado por la digitalización. El objetivo es que los escaparates online ayuden a la venta y que los comercios locales de Valencia dejen de estar en peligro de extinción.

Por ello, se ha puesto a disposición de las PYMES asociadas dos herramientas tecnológicas. Aseguran que estos «nuevos compañeros de trabajo» permitirán incrementar la reputación de las marcas y la satisfacción de los clientes.

La primera de las herramientas es un ChatBot. Se trata de un servicio que permite al comerciante una conversación ágil con el cliente a través de mensajería automática 24/7. El ChatBot es un asistente permanente que interactúa con los usuarios con mensajes sencillos. Es capaz de resolver dudas a cualquier hora del día y responder a preguntas sobre dónde localizar el producto que se busca.

El segundo de los proyectos es un Marketplace, a través de la App Bajabajo. Más de 75 empresas del Centro Histórico y Ensanche ya se han unido a ella. La plataforma de compra permite a los valencianos efectuar sus pedidos a través de la App o por teléfono. Pueden comprar en una misma acción y en un solo pago en cualquiera de los comercios adheridos. Además, el cliente recibe los productos de las diferentes tiendas en un envío único.